sábado, 4 de mayo de 2013

¡Contener, contener...!



“¡Conténgalo, conténgalo, que me mata…”.
“Los apaches de París”. (Louis La Ferté)

“La contención es ahora una cualidad inconveniente”.
“En la recova de Álzaga”. (Gil Retz)

Contener es encerrar. La caja de Pandora contenía todos los males, que estaban encerrados en ella.
También se llaman ahora contenidos, en lenguaje periodístico, a lo que antes se denominaba noticias, con la intención de darle más importancia. Ya se sabe: una noticia no es lo mismo que un contenido, es menos. Por ende, se supone que un gerente de contenidos es más que un jefe de redacción, o de noticias. ¡Ah, los gerentes…!
En la calle contener fue siempre sinónimo de refrenar, moderar, calmar. Hoy el término se usa como equivalente a una virtud cuyo significado no parece muy claro, y en ciertas ocasiones quiere decir lo contrario de lo que desea uno expresar en realidad.
Le preguntan –con gran ingenuidad, por cierto- a una de esas modelos impresionantes que aparecen en la televisión –que no pasan modelos-:
- Oye, ¿y qué, tienes novio?
- ¡Sí!, -contesta ella, agitando las manos con un gesto infantil que no condice en absoluto con su adultez, y sobre todo con su rotunda dimensión corpórea.
- ¿Y qué tal, estás contenta? –sigue diciendo el entrevistador con la misma gilipollez.
Y la modelo –que nunca pasó un modelo en su vida-, asegura:
- ¡Ay, contentísima, estoy contentísima! Remigio es sensacional, tan buen mozo, tan gracioso… Y lo principal: ¡me contiene tanto…!
O sea, que ahora a las mujeres les gusta que los hombres las contengan, en vez de que las animen, las estimulen, las impulsen, las hagan vibrar… O a lo mejor es que no se sabe lo que  quiere decir contener.
Uno, y como uno muchos, no pretendió nunca contener a ninguna mujer. Al contrario, quería que se lanzara en picado, que prescindiera de toda contención, que se sintiera con ganas de precipitarse contra uno, de abrazarle…
Ahora los hombres posmodernos contienen a las mujeres, las tienen a raya; si se les ocurre tener un momento de efusión, son rápidamente contenidas, no vayan a salirse de madre.
Y ellas, tan contentas.
¡Cosas vederes…!

© José Luis Alvarez Fermosel

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