“¡Conténgalo,
conténgalo, que me mata…”.
“Los apaches de París”. (Louis La Ferté)
“La
contención es ahora una cualidad inconveniente”.
“En la recova de Álzaga”. (Gil Retz)
Contener es encerrar. La caja de Pandora
contenía todos los males, que estaban encerrados en ella.
También se llaman ahora contenidos, en lenguaje
periodístico, a lo que antes se denominaba noticias, con la intención de darle
más importancia. Ya se sabe: una noticia no es lo mismo que un contenido, es
menos. Por ende, se supone que un gerente de contenidos es más que un jefe de
redacción, o de noticias. ¡Ah, los gerentes…!
En la calle contener fue siempre sinónimo
de refrenar, moderar, calmar. Hoy el término se usa como equivalente a una
virtud cuyo significado no parece muy claro, y en ciertas ocasiones quiere
decir lo contrario de lo que desea uno expresar en realidad.
Le preguntan –con gran ingenuidad, por
cierto- a una de esas modelos impresionantes que aparecen en la televisión –que
no pasan modelos-:
- Oye, ¿y qué, tienes novio?
- ¡Sí!, -contesta ella, agitando las
manos con un gesto infantil que no condice en absoluto con su adultez, y sobre
todo con su rotunda dimensión corpórea.
- ¿Y qué tal, estás contenta? –sigue
diciendo el entrevistador con la misma gilipollez.
Y la modelo –que nunca pasó un modelo en
su vida-, asegura:
- ¡Ay, contentísima, estoy contentísima!
Remigio es sensacional, tan buen mozo, tan gracioso… Y lo principal: ¡me
contiene tanto…!
O sea, que ahora a las mujeres les gusta
que los hombres las contengan, en vez de que las animen, las estimulen, las
impulsen, las hagan vibrar… O a lo mejor es que no se sabe lo que quiere decir contener.
Uno, y como uno muchos, no pretendió
nunca contener a ninguna mujer. Al contrario, quería que se lanzara en picado, que
prescindiera de toda contención, que se sintiera con ganas de precipitarse
contra uno, de abrazarle…
Ahora los hombres posmodernos contienen a
las mujeres, las tienen a raya; si se les ocurre tener un momento de efusión,
son rápidamente contenidas, no vayan a salirse de madre.
Y ellas, tan contentas.
¡Cosas
vederes…!
©
José Luis Alvarez Fermosel
No hay comentarios:
Publicar un comentario