Cinco proyectiles y una última y casi
perdida oportunidad.
La frase, de extraordinario impacto y con
un alto grado de suspenso, campeaba en una página de un viejo periódico –nada hay tan viejo como un diario de ayer…-,
en donde también se veía, bajo el título, la fotografía en blanco y negro de
cinco balas desordenadas sobre una mesa. Encontré la hoja -del diario ABC de
Madrid, sin fecha-, revolviendo en mi modesta hemeroteca, una tarde de lluvia y
frío.
Las balas, de plomo, del 38 largo, pertenecían
con toda probabilidad a un revólver Smith & Wesson de cinco tiros, o quizás
a un Colt Cobra, pero de los modernos, no de aquellos niquelados de cañón
basculante y cachas de nácar que portaban los policías ferroviarios en
Argentina a finales del siglo XIX.
Las nueve palabras del texto, así como los
cinco proyectiles formaban parte del anuncio de la película suiza La última oportunidad, del director
austríaco Leopold Lindtberg, estrenada en 1945 y titulada en alemán Die letzte chance -The last chance en inglés-. Se estrenó en España dos años después.
Yo no la vi, ni en televisión ni en ningún
cine club. En una y otros suelo ver películas de hace muchos años.
A pesar del tiempo transcurrido no he
olvidado la frase, tan inquietante; y a veces me parece estar viendo las balas,
que eran de verdad y habían sido fotografiadas, no dibujadas, en un sombrío ambiente
ad hoc.
El poder de la síntesis
El anuncio, en su esquematismo tan
simplista y tan estudiado creaba clima y, más aún, intriga. Era sencillo pero
expresivo a más no poder. La foto y el texto se complementaban a la perfección.
El poder de la síntesis, lo más difícil.
Uno, que trabajó en publicidad, hubiera
querido ser el copy writer autor del
aviso.
Volviendo a la película, pude averiguar
que se trata de un drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial, que
narra las aventuras de un soldado estadounidense y otro inglés que se escapan
en Italia de uno de los trenes de la muerte nazis y tratan a toda costa de
alcanzar la frontera suiza.
Galardonada en 1946 con el Gran Premio y
el Premio Internacional de la Paz del Festival Internacional de Cine de Cannes,
fue producida por la Metro con argumento y guión de Richard Schweizer. Se filmó
en blanco y negro. La fotografía se debió a Emil Berna y Franz Vlasak y la
música a Robert Blum. Encabezaron el reparto Ewart G. Morrison, John Hoy y
Luisa Rossi
En 2004, con el mismo título, se estrenó
una comedia anglo-noruega de Stewar Svaasand, protagonizada por Douglas y Jamie
Sives. Dos años después, también con el título en español de La última oportunidad (The last time en inglés), Element
Films/Train A.Comin produjo una película dirigida por Michael Caleo, con
Michael Keaton y Brenda Fraser encabezando el reparto, sobre el despiadado
mundo de los negocios. La acción transcurre en Nueva York.
©
José Luis Alvarez Fermosel
No hay comentarios:
Publicar un comentario