sábado, 5 de julio de 2008

Oro y Cándido

No se asusten, que este blog no se ha plegado a la costumbre, tan extendida en los medios de comunicación social, de decir palabrotas a troche y moche y sin ninguna justificación.
Decir palabrotas no es tan grave, si bien se mira. También las palabras del lenguaje familiar y las de la calle están en el diccionario y no hay por qué no decirlas.
Las llamadas malas palabras pueden usarse a discreción, aunque por lo general se utilizan sin ninguna discreción. El adjetivo se lo pusimos nosotros y en ese sentido evocamos al inolvidable Roberto Fontanarrosa y sus consideraciones al respecto en aquel congreso de la lengua. Ninguna palabra, sobre todo ninguna interjección es mala. Malas son las intenciones de quienes las dicen para insultar o denigrar.
Carajo no es, a mi juicio, un vocablo inconveniente, ni maldiciente ni malsonante; es una expresión rotunda, que se dice mucho en el campo, consecuencia directa de un estado de ánimo.
Uno encuentra al término cierta eufonía popular y, desde luego, lo prefiere a otros característicos de la cursilería, la pedantería y la vaciedad posmodernistas, todos en inglés, claro, como “groovy” (genial), “cool” (muy de onda), “trendy” (moderno) y varios más propios de los “cool hunters”, o detectores de fenómenos “cool”.
Carajo, además –digámoslo de una vez- es el nombre de una grapa añeja de Catamarca hecha a partir de la destilación de orujos(1) frescos de uvas moscatel. Este noble aguardiente está elaborado y puesto en botella por Bodegas Nanini SRL en Sijan (Poman, Catamarca) y desarrollado y comercializado por Sabores de la Argentina, que tiene en sociedad Marcelo Epstein.
Carajo puede tomarse voluptuosamente en vasitos “ad hoc” una de esas tardes grises de invierno, en grata compañía o “alone, alone with sky of romance” (2) en “Oro&Cándido”- Mercado Contemporáneo (*), en el barrio de Palermo.
“Oro&Cándido” es un simpático y acogedor reducto, mezcla de “colmao” español, pulpería argentina, almacén de campo, bar sin barra, tienda “gourmet” y pequeño restaurante de carta reducida que incluye, empero, carnes de caza, ahumados, quesos de cabra y oveja, fiambres y dulces regionales como el cayote, el mamón, los arropes y los borrachitos salteños.
Todas esas “delikatessen”, asi como varios tipos de panes artesanales y conservas, escabeches, mermeladas, aderezos y salsas en frascos y latas se ofrecen en estanterías, refrigeradores y alacenas a la vista del público.
Un lugar nuevo y muy ameno, ideal para paladares negros. Mobiliario sencillo. Reproducciones en color de viejos avisos comerciales en las paredes encaladas. Antiguas bolsas de la compra colgando de algunos muebles. Los diarios del día. Inés atiende las mesas con simpatía y eficacia y hay otras bellas gentes que la secundan. El servicio es muy bueno y los precios razonables. De momento, no tienen tarjetas de crédito. Abren de 10 a 22 de lunes a jueves y de 10 a 24 los viernes y los sábados. Cierran los domingos.
¡Carajo!, y esto es un brindis.


(1) El residuo que deja el procesado de la uva.
(2) Solo, sólo con cielo de romance.


(*) Oro&Cándido – Mercado Contemporáneo
Oro y Guatemala. Teléfono: (54) 11-4772-0656
http://www.oroycandido.com.ar/


© José Luis Alvarez Fermosel

9 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

Caraaaajo! tenía entendido que carajo era el palo mayor de una embarcación, y que esto de mandar al carajo a alguien venia de una tradición marinera de castigos con la consecuente subida a dicho mástil... por otra parte siempre vinculé a la bebida espirituosa que mencionas con "carajillo" ja! ya vez, cuantas acepciones tienen en nuestro idioma algunas palabras del acervo popular !
Un abrazo!
Horacio

Horacio Fioriello dijo...

Caraaaajo! tenía entendido que carajo era el palo mayor de una embarcación, y que esto de mandar al carajo a alguien venia de una tradición marinera de castigos con la consecuente subida a dicho mástil... por otra parte siempre vinculé a la bebida espirituosa que mencionas con "carajillo" ja! ya vez, cuantas acepciones tienen en nuestro idioma algunas palabras del acervo popular !
Un abrazo!
Horacio

Anónimo dijo...

¡Caballero Español! Cada vez que seguí su consejo sobre restaurantes, no me defraudó. Por lo tanto, a más tardar la semana que viene, iré a Oro y Cándido. Un fuerte abrazo. Esteban (Almagro)

Anónimo dijo...

Horacio: estabas en lo cierto, en lo que se refiere al palo del barco y al carajillo. Yo pensaba lo mismo. Y mira tú por dónde me encuentro ahora con que el carajo se bebe... El acervo popular, como bien dices, aporta muchas y muy buenas cosas al idioma. Fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Esteban: ve y di que vas de parte mía para que extremen contigo el habitual buen servicio que dispensan, tanto más valorable cuanto que es muy escaso hoy en día. Después me cuentas. Fuerte abrazo.

aumax dijo...

Una vez fui al restaurant "Enfunda la Mandolina" y quienes atendían tenían una remera negra que decía "Carajo". Me explicaron que se trataba de la grapa y la estaban promocionando. Así que de postre me pedí una, que me la ofrecieron como trago, en combinación con mandarina, si mal no recuerdo.
saludos, Damian

Anónimo dijo...

Damian: mandarinas al... Carajo. La combinación no suena mal. Creo que la probaré. Gracias por tu visita y saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Estimado Caballero: muy gentil el comentario de su parte.El placer fue todo mío.A su servicio.Que aproveche, y vuelva pronto...Carajo!

Inés.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Inés, por tus palabras. Espero que estés muy bien. Cariños.