¿Se gastaría usted 300 euros en comprar la edición básica –o 900 en la de lujo-, de una novela que según ciertos críticos, y muchos lectores, es una frase de 700 palabras, o una palabra de medio millón de caracteres, para revisar la cual dos eminentes filólogos británicos tuvieron que hacer una revisión del corpus textual de más de 20000 página de notas manuscritas, repartidas en 60 cuadernos, investigación que arrojó un total de 9000 errores?
Consideren, por si les entra la tentación de desembolsar los 300, o los 900 euros que cuando la novela vio la luz, el 4 de mayo de 1939, la inmensa mayoría de los lectores dijo que no había podido leerla y que el autor estaba loco.
El escritor sentenció que los críticos tardarían al menos 300 años en descifrar su obra, escrita en un inglés desnaturalizado que incorpora oraciones y párrafos enteros en 70 idiomas.
Se trata de la última novela del irlandés James Joyce, Finnegans Wake, de la que se llegaron a hacer 20 versiones diferentes, suprimiéndose 120 páginas.
El Ulises de Joyce se las trae, pero Finnegans Wake, incluso en su actual versión expurgada, es la novela más difícil de leer del mundo, dicho por lo expertos. Se calcula que a partir de ahora se tardarán 10 años hasta que el hombre de a pie pueda leerla y enterarse de algo.
No hay esnob que diga que no la ha leído y releído varias veces, que su lectura le resultó fácil y que disfrutó mucho con ella, hasta el punto de que se convirtió en su libro de cabecera, que tiene siempre en su mesilla de noche.
Eduardo Lago, del diario El País de Madrid, no piensa lo mismo.
Consideren, por si les entra la tentación de desembolsar los 300, o los 900 euros que cuando la novela vio la luz, el 4 de mayo de 1939, la inmensa mayoría de los lectores dijo que no había podido leerla y que el autor estaba loco.
El escritor sentenció que los críticos tardarían al menos 300 años en descifrar su obra, escrita en un inglés desnaturalizado que incorpora oraciones y párrafos enteros en 70 idiomas.
Se trata de la última novela del irlandés James Joyce, Finnegans Wake, de la que se llegaron a hacer 20 versiones diferentes, suprimiéndose 120 páginas.
El Ulises de Joyce se las trae, pero Finnegans Wake, incluso en su actual versión expurgada, es la novela más difícil de leer del mundo, dicho por lo expertos. Se calcula que a partir de ahora se tardarán 10 años hasta que el hombre de a pie pueda leerla y enterarse de algo.
No hay esnob que diga que no la ha leído y releído varias veces, que su lectura le resultó fácil y que disfrutó mucho con ella, hasta el punto de que se convirtió en su libro de cabecera, que tiene siempre en su mesilla de noche.
Eduardo Lago, del diario El País de Madrid, no piensa lo mismo.
© José Luis Alvarez Fermosel
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