Hubo una vez, tampoco hace tanto, un tiempo en el que sólo existía el teléfono llamado hoy, un poco despectivamente, de tierra. Era el único medio de comunicación rápido.
Había que solicitarlo. En Argentina tardaban, en algunos casos, hasta treinta años en adjudicártelo. Hay documentación al respecto.
Estaban también el telégrafo, y ese papelito azul llamado telegrama que nos entregaba a domicilio un señor de uniforme y siempre traía malas noticias.
Los periodistas teníamos la máquina de escribir Hispano Olivetti, modelo Lexicon 80 y los pesados teletipos Siemens. Para grabar las entrevistas disponíamos de unos magnetófonos enormes.
Los redactores de agencia teníamos que sabernos de memoria el alfabeto Morse para leer las cintas perforadas que salían de los teletipos.
Había radio, televisión –en principio, y durante bastantes años, en blanco y negro-, tocadiscos y poco más.
Ahora… ¡Oh, ahora…! Necesitaríamos mucho espacio para informar de todo lo que disponemos para comunicarnos, mientras nos vemos las caras.
Es que, como decía Don Hilarión, el inefable protagonista de la zarzuela La Verbena de la Paloma: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad…”.
Ciñéndonos sólo al campo de la música, al placer de escuchar música, vean la nota relacionada…. y comparen.
© J. L. A. F.
Nota relacionada:
Del gramófono al iPod
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Los periodistas teníamos la máquina de escribir Hispano Olivetti, modelo Lexicon 80 y los pesados teletipos Siemens. Para grabar las entrevistas disponíamos de unos magnetófonos enormes.
Los redactores de agencia teníamos que sabernos de memoria el alfabeto Morse para leer las cintas perforadas que salían de los teletipos.
Había radio, televisión –en principio, y durante bastantes años, en blanco y negro-, tocadiscos y poco más.
Ahora… ¡Oh, ahora…! Necesitaríamos mucho espacio para informar de todo lo que disponemos para comunicarnos, mientras nos vemos las caras.
Es que, como decía Don Hilarión, el inefable protagonista de la zarzuela La Verbena de la Paloma: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad…”.
Ciñéndonos sólo al campo de la música, al placer de escuchar música, vean la nota relacionada…. y comparen.
© J. L. A. F.
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