Un
novelista termina de escribir una novela, y, contentísimo, se dispone a tomarse
unas vacaciones… que no le proporcionarán descanso alguno, sino misterios
reales, en tanta cantidad y de tal naturaleza que superarán los planteados por
él en su novela.
A
partir de la misteriosa muerte de una mujer, se suceden los enigmas, cada vez
más abstrusos.
Alguien
ha robado las trompetas de los ángeles de la glesia. La hija del vicario ha
visto brujas volando en la noche.
¿Qué
fuerza meléfica hay detrás de todo eso? ¿Es humana o sobrehumana? ¿La despliega
una hechicera, un espíritu o el mismo diablo?
El
protagonista, Roger Poynings, está a punto de perder la razón.
Horror
y humor
El caso de las trompetas
celestiales es una
apasionante novela en la que su autor se las ha arreglado a las mil maravillas para
conciliar el horror con el humor, con una maestría narrativa y una agilidad que
no permiten saltarse una línea ni leer la novela por etapas.
Esta
obra del escritor inglés Michael Burt, elogiado por el Times de Londres y consagrado por el Manchester Guardian como “un maestro del horror”, pertenece a la
serie de Roger Poynings, que se completa con El caso de la joven alocada y El
caso del jesuita risueño, inspirado éste último, según ciertos críticos, en
las andanzas del padre Brown de Chesterton, del que Burt era un ávido lector.
La
novela, muy bien traducida -¡cosa rara!- por Lucrecia Moreno de Sáenz, está
editada por Emecé y tiene 335 páginas. En el ejemplar que yo tengo no figuran
otros datos.
©
José Luis Alvarez Fermosel
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