martes, 5 de agosto de 2008

A tiros con el idioma

Se sigue corrompiendo el español, un idioma tan puro, tan cristalino. La noble herramienta de expresión está cada vez más oxidada. No por culpa de quienes tienen una instrucción elemental, o de nivel de enseñanza secundaria, sino de los esnobs, los cursis, los que aprendieron algo, les falta mucho por aprender y creen que lo saben todo: aquellos que van por la vida sentando patente de informados, cuando no de cultos, y piensan que están por encima de sus congéneres. Recordemos lo que dijo Goethe: “Los ignorantes y las personas modestas son igualmente inofensivos. Los verdaderamente peligrosos son los medio ignorantes y medio sabios”.
También están esos pobres muchachos y muchachas de los medios audiovisuales, a quienes se arroja a la calle sin ninguna preparación, se los llama movileros e informan desde donde se produce la noticia en un lenguaje atroz, utilizando mal la mayoría de los tiempos de los verbos, comiéndose letras y un interminable etcétera. No son mejores, por lo general, quienes les preguntan desde los estudios centrales.
Pero los peores, no nos cansaremos de repetirlo, son los “ilustrados”, los que dictan cátedra desde ateneos, salones de té, cafés literarios y otros cenáculos; los…”intelectuales”, por así llamarlos, que a veces escriben oscuras y pedantescas columnas en publicaciones para ellos que salen de pronto y dejan de salir de pronto.
Ni que hablar del lenguaje de los políticos, sus deformaciones de términos castizos, sus …”neologismos”, sus “clichés”, sus latiguillos; no se les viene a las mientes la expresión correcta e inmediatamente se inventan otra que rechina como un clavo sobre un cristal, y ya se queda para siempre.
En estos últimos días hemos oído y leído las siguientes barbaridades:
Transcribir por prescribir, alternancia por alternativa, la editorial por el (artículo) editorial, visibilizar por visualizar, liquado por licuado, chantajeador por chantajista, transversabilidad por transversalidad, distendir por distender, abolicionar por abolir, resquemor por temor, redoblar la apuesta por doblar, o subir la apuesta, enfiebrado por afiebrado o enfebrecido, repletar por llenar algo hasta que esté repleto, complementariedad por complemento, computacional por computadorizado y estrictez por condición de estricto.
Así estamos.


© José Luis Alvarez Fermosel

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Caballero: ¡Qué cierto es lo que dice! Da verguenza ajena escuchar a jóvenes y no tanto, cómo se expresan. Veo que no soy yo sola quien repara en esto y me alegra que sea ud. quien trate temas del idioma. Hoy se ignoran sinónimos y cada vez más se inventan verbos sin ton ni son. Mis felicitaciones y un abrazo. Paula.

Anónimo dijo...

Una mortal es "cono urbano" por conurbano.

Otra es la mexcla de privar y primar.

Y no olvidemos poner "de" donde no va y sacrlo donde va: "pienso de que"

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Paula. Me alegro mucho de que coincidas conmigo. Cariños.

Agustina dijo...

Caballero: En primer lugar quiero decirle que siento una profunda admiración por usted, y estoy realmente enamorada de su voz y su acento...
Realmente el español es un idioma hermoso y es una pena que se lo "ensucie" de esta manera.
Tengo 19 años y me da pena cómo, especialmente los jóvenes, deformamos este idioma que, sin dudas, me parece apasionante. Me incluyo porque sé que tengo errores, aunque intento mejorar...
Cariños. Agustina.

Mar dijo...

No puedo creer lo mal que habla y escribe lagente( si lo creo, pero hay cosas que son unas animaladas)

Me gusto mucho tu blog.Siempre te escuchaba decir la dirección y nunca me acordaba de entrar.

Son mi compañía de todas las tardes.

Anónimo dijo...

PARA ANONIMO: Gracias por tu cooperación. Hay muchos más espantos. Si sigues mi blog los irás viendo y los tuyos serán bien recibidos.

Anónimo dijo...

Agustina: Ante todo, gracias por tus elogios. Me alegra que coincidamos en que, por lo general, se trata muy mal a un idioma tan hermoso como el nuestro. Cariños.

Anónimo dijo...

PARA DESTARTALADA: Mujer, tan destartalada no has de estar. Eso sí, los más que destartalados son quienes tratan tan mal nuestro idioma. En lo que se refiere a la radio, me alegro de que te hagamos compañía. Cariños.