Hay que beber agua cuando se tiene sed. En todo caso, no más de dos litros por día.
Beber dos litros y medio, tres, cuatro, cuanta más agua se pueda está de última moda y ya se sabe que la moda gobierna, manda, exige, obliga, marca, decide... Hoy más que nunca.
De ahí que todo el mundo –como señalamos en un trabajo anterior- vaya a todas partes cargado con una botella de agua mineral o saborizada de dos litros y beba constantemente en su trabajo, en la calle, en las plazas y parques, en sus coches, en los taxis, en los transportes públicos, en el bufete del abogado, en el consultorio del médico, en la iglesia, en el albergue transitorio, en el baño…
Sólo quienes practican mucho deporte pueden y deben beber bastante agua, dentro de los límites normales, a fin de compensar la que se pierde con la transpiración y no deshidratarse.
Recordemos que a los consabidos dos litros de agua hay que sumarle la cantidad que recibe el organismo por la ingesta de leche, sopas, caldos, salsas, cerveza, vino, jugos, infusiones, gaseosas y otros líquidos.
Los médicos que he consultado, todos mayores, todos con mucha experiencia, me dijeron que beber más de dos litros de agua cada 24 horas no es bueno para la salud.
La potomanía, denominación científica del desorden mental que lleva a consumir agua compulsiva y obsesionantemente, es muy perjudicial para varios órganos del cuerpo humano.
La cantidad excesiva de agua arrastra grandes cantidades de minerales, entre ellos el potasio y el magnesio, que se eliminan por la orina.
Sin potasio, el corazón pierde su ritmo y puede llegar a pararse. La pérdida de magnesio daña al cerebro, provoca falta de memoria y contribuye a acelerar el envejecimiento.
Los riñones regulan el metabolismo del agua y los minerales y filtran las impurezas del organismo, pero en exceso provoca su colapso.
El agua en cantidades no consideradas normales disminuye el número de impulsos nerviosos que llegan a los músculos y así se producen los calambres, baja el tono de las fibras y aparece la fatiga.
El consumo de agua es necesario, pero en cantidad razonable. La moda no debe estar reñida con la salud. Si la moda es ingurgitar cuatro o cinco litros de agua por día, más vale estar fuera de onda y sano que a la moda y enfermo.
Beber dos litros y medio, tres, cuatro, cuanta más agua se pueda está de última moda y ya se sabe que la moda gobierna, manda, exige, obliga, marca, decide... Hoy más que nunca.
De ahí que todo el mundo –como señalamos en un trabajo anterior- vaya a todas partes cargado con una botella de agua mineral o saborizada de dos litros y beba constantemente en su trabajo, en la calle, en las plazas y parques, en sus coches, en los taxis, en los transportes públicos, en el bufete del abogado, en el consultorio del médico, en la iglesia, en el albergue transitorio, en el baño…
Sólo quienes practican mucho deporte pueden y deben beber bastante agua, dentro de los límites normales, a fin de compensar la que se pierde con la transpiración y no deshidratarse.
Recordemos que a los consabidos dos litros de agua hay que sumarle la cantidad que recibe el organismo por la ingesta de leche, sopas, caldos, salsas, cerveza, vino, jugos, infusiones, gaseosas y otros líquidos.
Los médicos que he consultado, todos mayores, todos con mucha experiencia, me dijeron que beber más de dos litros de agua cada 24 horas no es bueno para la salud.
La potomanía, denominación científica del desorden mental que lleva a consumir agua compulsiva y obsesionantemente, es muy perjudicial para varios órganos del cuerpo humano.
La cantidad excesiva de agua arrastra grandes cantidades de minerales, entre ellos el potasio y el magnesio, que se eliminan por la orina.
Sin potasio, el corazón pierde su ritmo y puede llegar a pararse. La pérdida de magnesio daña al cerebro, provoca falta de memoria y contribuye a acelerar el envejecimiento.
Los riñones regulan el metabolismo del agua y los minerales y filtran las impurezas del organismo, pero en exceso provoca su colapso.
El agua en cantidades no consideradas normales disminuye el número de impulsos nerviosos que llegan a los músculos y así se producen los calambres, baja el tono de las fibras y aparece la fatiga.
El consumo de agua es necesario, pero en cantidad razonable. La moda no debe estar reñida con la salud. Si la moda es ingurgitar cuatro o cinco litros de agua por día, más vale estar fuera de onda y sano que a la moda y enfermo.
© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:
"Agua" (http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2008/04/agua.html)
“Bebidas inteligentes y… ¡agua! (http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2007/10/bebidas-inteligentes-y-agua.html)
4 comentarios:
Caballero: ¡Guau! Nunca pensé que al agua podía constituir una adicción, ¡y vaya que la es! En mi caso particular estoy lejos de sufrirla, aunque siempre es bueno saber cosas como estas, que pueden afectar la salud. Como siempre, un artículo maravilloso. Lo estaré escuchando mañana. Saludos. Agustina.
Agustina: Ya lo sabes, entonces: si el exceso de vino, por ejemplo, es malo, el de agua también. Así que a beber lo justo. Gracias por tus elogios y por ser oyente fiel. Cariños.
Estimado Caballero, en mi blog hice un intento de homenaje a la Bossa Nova hace poco que fue el 50 aniversario. En el transcribí un relato de Vinicius, donde le comenta algo a Caymmi, y a su vez este le responde un con comentario acerca del líquido vital, donde juzga que esta no es ni justa ni necesaria, tal solo "maligna"!!!
Lo saque del libro de Vinicius "Para una niña con una flor" y me pareció interesante como para plasmar el bello carácter de los cariocas.
Si tenes un rato libre, te invito a que lo leas: http://palimpsestovirtual.blogspot.com/2008/08/la-bossa-nova-cumpli-50-aos.html
saludos, Damian
Damián: tenían razón Vinicius y Caymmi. El agua es buena para los peces y las ranas, que nadan bien y para los hombres, sólo para uso externo. Gracias por tus visitas a mi blog y un abrazo.
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