miércoles, 24 de octubre de 2007

Bebidas inteligentes... ¡y agua!

Antes había bebidas fuertes -y ahora también, lo que pasa es que no se toman-, como el vodka con pimienta. Después se pusieron de moda las bebidas "light", entre las cuales se encuentran la cerveza sin alcohol y varias gasesosas muy conocidas, e incluso tuvo su cuarto de hora el café descafeinado. Luego vinieron las bebidas energizantes, con mucha cafeína.
Lo último de lo último son las bebidas inteligentes que constituyen, a juicio de los muchachos “trendy”, un sustituto del alcohol y los refrescos azucarados. Se trata de cócteles de vitaminas y sustancias naturales que, siempre según los que dicen que saben, aumentan la lucidez de la mente, fortalecen el tono vital y enriquecen nuestra dieta. Se las llama "smart drinks" (bebidas inteligentes, o listas, y puede que lo sean).
Hechas con aminoácidos, vitaminas, sales minerales, plantas exóticas y productos naturales como la jalea real, no tienen nada que ver con otros brebajes sanísimos pero de feo sabor.
Esta bebidas que incluyen ginseng y zarzaparrilla saben igual que cualquier refresco corriente y moliente. En los Estados Unidos están teniendo mucho auge y forman parte de la denominada vitaminomanía. En Japón hace ya tiempo que son un buen reemplazante del café y en España se sirven en bares, cafeterías e incluso en las eternas y entrañables tabernas de vinazo y moscas, con cabezas de toros disecadas en las paredes, en las que antaño se hubiera calificado de mariquitas a sus consumidores.


Nada de sal y mucha agua

Hablando de sal, en Madrid, de donde regresé hace poco, se ha orquestado una campaña contra la sal. Se anuncian caldos en cubos sin sal. Se recomienda comer sin sal. ¡Ojalá que España no pierda el salero!
Lo que no se explica, ya que nadie debe tener sed, es la gran cantidad de agua que se bebe en Madrid, mucho más que los cócteles de vitaminas o tragos inteligentes.
Chicos y grandes van por la calle con su botella de plástico llena de agua mineral en la mochila o en la mano. Los taxistas la llevan al lado del volante. La gente entra con la botella de agua en los cafés, como si temiera que allí no se la fueran a servir. Yo he visto en la Gran Vía a un señor maduro elegantemente vestido con una botella de agua en el bolsillo de la chaqueta.
¡Se habla ya de abrir bares de agua! ¡El municipio se queja de que falta agua! ¡Los hoteles claman: “Madrid needs water!” (¡Madrid necesita agua!). ¡Claro, si es que se la están bebiendo!



© José Luis Alvarez Fermosel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ay, mi amor! ¿Y como hago yo que tengo prohibida la sal porque estoy operada del corazón? Lo quiero mucho y extraño la falta de su voz por radio. Soy Amalia de Nuñez.

Anónimo dijo...

¡Ay, "amore", en vez de cosas saladas come y bebe cosas dulces hasta que se te cicatrice el corazón. Eso sí, no bebas demasiada agua. Gracias, Amalia. Tal vez algún día vuelva a aparecer en una radio.