jueves, 2 de diciembre de 2010

Cinco proyectiles...

"Cinco proyectiles y una última y casi perdida oportunidad".
La frase, con un gancho extraordinario, campeaba en una página –media americana, para ser precisos- del diario, no sé cual.
Y arriba se veían cinco balas sobre una mesa.
Las balas, calibre 38, de plomo, y por tanto no encamisadas, pertenecían con todo probabilidad a un revólver Smith & Wesson de los pequeños, de cinco tiros.
Las nueve palabras del texto, así como cinco eran las balas, formaban parte de un anuncio, concretamente de una película. Cierro los ojos y parece que tengo ante mis ojos las palabras y las balas, que eran de verdad y habían sido fotografiadas, no dibujadas.
Ha pasado mucho tiempo, muchísimo. No recuerdo qué película –seguramente policiaca, o de acción- se publicitaba con esa frase y las cinco balas tiradas de cualquier manera sobre una mesa, como dados, que es lo único que viene a mi memoria de cuando en cuando, como esta noche.
Así que no sé el título de la película, ni por qué no fui a verla y me quedé sin saber por qué razón cinco balas de revólver constituían una última y casi perdida oportunidad, y para quién.
El anuncio, en su esquematismo, creaba ambiente, y más aún, intriga. Era sencillo pero expresivo a más no poder. La foto y el texto se complementaban a la perfección.
Uno, que trabajó en publicidad varios años, hubiera querido ser el creativo autor del “réclame”.
Consolémonos pensando que a lo mejor la película no valía nada.
¡Ah, pero el anuncio…! El anuncio era redondo.
El poder de la síntesis, lo más difícil.


© José Luis Alvarez Fermosel

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