No se puede jugar de mala manera con la gente. Porque llega un momento en que la gente se cansa, que es lo que nos ha pasado a los españoles, que ya estamos hartos.
Sobre todos los jóvenes desempleados, depauperados y sin futuro por la incompetencia -y por tanto la soberbia, el autoritarismo-, el nepotismo, o los reiterados favores a los amiguetes que ha mostrado el gobierno con impudicia.
El pueblo se echó a la calle pacíficamente, sin ondear banderas con leyendas partidistas ni consignas políticas, ni levantar barricadas.
Porque lo que se pretende es poder trabajar. Y vivir con dignidad, con decoro; en paz, desde luego, pero decentemente, sin que el 40 por ciento de la población esté desempleada, y sin perspectivas inmediatas de volver estarlo a corto plazo.
El socialismo, el progresismo -¡la izquierda, bah!- ha fracasado estrepitosamente. El conservadorismo, o la derecha papa moscas desde hace tiempo. La nada.
En el momento de escribir culminan las elecciones para escoger nuevas autoridades municipales en todo el territorio español. Los primeros resultados a boca de urna dan como ganador al Partido Popular (PP, conservador, en la oposición). Voto castigo, se llama esta figura.
Las protestas masivas en la Puerta del Sol de Madrid fueron replicadas en otras de España y otros países del mundo, sumidos también en una profunda crisis económica y social, provocada por la incapacidad, la rapacidad y la corrupcion de sus gobernantes.
La debilidad de las democracias como sistemas de gobierno se ha puesto una vez más en evidencia.
Un sistema democrático protervo degeneró en España en un bipartidismo de gran chatura, con dos partidos sin líderes ni siquiera presentables.
¡Qué Dios nos la depare buena!
(Todo lo que pasó hasta ahora se cuenta con imparcialidad, con justeza y con lujo de detalles en los dos estupendos trabajos relacionados del diario El País de Madrid.)
© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:
El 15-M sacude el sistema
De fiesta nocturna a Mayo del 68
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El pueblo se echó a la calle pacíficamente, sin ondear banderas con leyendas partidistas ni consignas políticas, ni levantar barricadas.
Porque lo que se pretende es poder trabajar. Y vivir con dignidad, con decoro; en paz, desde luego, pero decentemente, sin que el 40 por ciento de la población esté desempleada, y sin perspectivas inmediatas de volver estarlo a corto plazo.
El socialismo, el progresismo -¡la izquierda, bah!- ha fracasado estrepitosamente. El conservadorismo, o la derecha papa moscas desde hace tiempo. La nada.
En el momento de escribir culminan las elecciones para escoger nuevas autoridades municipales en todo el territorio español. Los primeros resultados a boca de urna dan como ganador al Partido Popular (PP, conservador, en la oposición). Voto castigo, se llama esta figura.
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Un sistema democrático protervo degeneró en España en un bipartidismo de gran chatura, con dos partidos sin líderes ni siquiera presentables.
¡Qué Dios nos la depare buena!
(Todo lo que pasó hasta ahora se cuenta con imparcialidad, con justeza y con lujo de detalles en los dos estupendos trabajos relacionados del diario El País de Madrid.)
© José Luis Alvarez Fermosel
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