Es muy difícil que los científicos tengan sentido del humor. Gracia, mucho menos. Hay estadísticas al respecto.
Hace unos días tuve el honor y el placer de conocer personalmente al eminente neurocirujano argentino Roberto Rosler, profesor de Neuroanatomía, Fisiología, Neurología e Historia y Filosofía de la Medicina de la Universidad Interamericana de Buenos Aires.
El doctor Rosler -a quien todo el mundo llama “Robi”- además de ser un científico sobresaliente tiene gracia y sentido del humor, cosas que como ya se sabe no son lo mismo, y casi nunca van juntas.
Dentro de España, para no acudir siempre a Inglaterra y su “sense of humour”, la gente del norte, salvo las excepciones de rigor, tiene sentido del humor pero no gracia. La gente del sur tiene gracia pero no sentido del humor, por lo cual suele pasar sin transición de la broma al drama. Algunos, del norte, del sur y del centro tienen gracia y sentido del humor.
La nota (relacionada) de La Nación sobre “Robi”, de Mori Ponsowy, muestra que a veces la ciencia, el sentido del humor y la gracia pueden ir juntos en amor y compañía, lo cual es estupendo.
© J. L. A. F.
Nota relacionada:
Roberto Rosler: “Tenemos un cerebro del paleolítico”
Hace unos días tuve el honor y el placer de conocer personalmente al eminente neurocirujano argentino Roberto Rosler, profesor de Neuroanatomía, Fisiología, Neurología e Historia y Filosofía de la Medicina de la Universidad Interamericana de Buenos Aires.
El doctor Rosler -a quien todo el mundo llama “Robi”- además de ser un científico sobresaliente tiene gracia y sentido del humor, cosas que como ya se sabe no son lo mismo, y casi nunca van juntas.
Dentro de España, para no acudir siempre a Inglaterra y su “sense of humour”, la gente del norte, salvo las excepciones de rigor, tiene sentido del humor pero no gracia. La gente del sur tiene gracia pero no sentido del humor, por lo cual suele pasar sin transición de la broma al drama. Algunos, del norte, del sur y del centro tienen gracia y sentido del humor.
La nota (relacionada) de La Nación sobre “Robi”, de Mori Ponsowy, muestra que a veces la ciencia, el sentido del humor y la gracia pueden ir juntos en amor y compañía, lo cual es estupendo.
© J. L. A. F.
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