martes, 27 de septiembre de 2011

Galantería hispánica

- Es curioso -comentó Isabel, rompiendo un largo silencio, y después de haber abarcado con la mirada el maravilloso paisaje.
- ¿Qué es lo curioso? -preguntó César.
- Que los españoles, al conquistar América, eligieran los lugares más hermosos... Parece como si sólo les atrajera la belleza.
- Mis antepasados han sido todos un poco poetas, además de guerreros y religiosos. Somos una raza mal comprendida por los hombres anglosajones.
- ¿Sólo los hombres? -preguntó, maliciosamente, Isabel Perkins.
- Sólo -sonrió César-. Las mujeres parecen comprendernos mejor. Ellas saben ver nuestras cualidades.                       
- He oído a muchos hombres discutir de la fama de caballerosidad de los hispanoamericanos. ¿Qué opina usted?         
- Una mujer puede hallar en cualquier hombre que no lleve sangre española en las venas mucha más cortesía de la que encontrará entre nosotros. La caballerosidad no quiere decir educación. Se puede aprender cortesía y educación o urbanidad, si quiere emplear el nombre infantil; pero, en cambio, no se puede aprender el arte de conseguir que la mujer se sienta reina del hombre que la adora. Esa cualidad la reservamos para nosotros. No la enseñamos.

© José Mallorquí

De “El exterminio de la banda de la Calavera”.

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