El hombre camina envuelto
En un espeso silencio
Y es peso sobre su espalda
la carga de una palabra
que a nadie le va diciendo.
Es paso lento su andar
en el espacio nocturno
mientras, despacio, el mundo
cambia un poco de lugar.
Esposo fiel, el silencio
abraza mudo a la noche
y es pozo de los misterios
que callan todas las voces.
El hombre va por la calle
con el corazón contento
porque le brota de adentro
una canción de silencio.
Va el hombre sobre el asfalto
caminando sin apuro
y de puro caminar
la ciudad se le hace canto,
muda canción sin palabras
que labra el cielo callado.
Canto profundo, infinito
va desplegando el silencio
mientras, con labios cerrados,
el hombre va caminando
por el horizonte inmenso
de la avenida, Callao.
En un espeso silencio
Y es peso sobre su espalda
la carga de una palabra
que a nadie le va diciendo.
Es paso lento su andar
en el espacio nocturno
mientras, despacio, el mundo
cambia un poco de lugar.
Esposo fiel, el silencio
abraza mudo a la noche
y es pozo de los misterios
que callan todas las voces.
El hombre va por la calle
con el corazón contento
porque le brota de adentro
una canción de silencio.
Va el hombre sobre el asfalto
caminando sin apuro
y de puro caminar
la ciudad se le hace canto,
muda canción sin palabras
que labra el cielo callado.
Canto profundo, infinito
va desplegando el silencio
mientras, con labios cerrados,
el hombre va caminando
por el horizonte inmenso
de la avenida, Callao.
© Adela Basch
Nacida en Buenos Aires en 1946, Adela Basch es egresada de Letras y ha escrito más que el “Tostao”, que nadie sabe quién fue pero que debió ser un señor que escribió mucho. Todo lo que ha escrito Adela Basch es muy bueno.
Fundó hace un lustro Ediciones Abran Cancha. Viaja mucho por Argentina.
Es polígrafa, polifacética, polivalente, polimétrica, políglota… Tiene sentido del humor: un gran e irreprimido sentido del humor. Casi nadie lo tiene hoy día. Que Dios la guarde.