Carl Spitzweg (1808-1885) nació cerca de Munich en el seno de una familia acomodada. Estudió farmacia, carrera que no ejerció nunca.
Celebérrimas en Alemania –en la acertada opinión de Stefano Zuffi-, sus imágenes suelen ser caricaturas amables de la sociedad de su época.
Totalmente autodidacta, Spitzweg fue uno de los más reconocidos pintores del romanticismo alemán. Comenzó a pintar en la convalecencia de una enfermedad, copiando los trabajos de los maestros flamencos.
Se hizo un nombre en muy poco tiempo, en una buena medida gracias al éxito de sus dibujos –era un buen dibujante- publicados en revistas satíricas.
Posteriormente, Spìtzweg visitó los más importantes centros artísticos de París, Londres, Venecia, Praga y Bélgica y refinó su técnica y estilo.
Está considerado como uno de los más conspicuos representantes del período Biedermeir –apellido ficticio de un tradicional profesor de Suabia, personaje de los diarios que daban acogida a caricaturas en sus páginas-.
Spitzweg, como otros pintores de ese movimiento, reflejó con justeza y arte una sociedad complacida y complaciente, sin muchas fantasías, con horizontes bien definidos.
“El poeta pobre” -sobre estas líneas- es una de las más conocidas obras de Spitzweg. En sus últimos cuadros campea una medida excentricidad iluminada por un humor bondadoso.
También fue autor, entre otras obras, de “Ratón de biblioteca”, “Carta de amor interceptada”, “Dos ermitaños” y “Serenata”.
© José Luis Alvarez Fermosel
Celebérrimas en Alemania –en la acertada opinión de Stefano Zuffi-, sus imágenes suelen ser caricaturas amables de la sociedad de su época.
Totalmente autodidacta, Spitzweg fue uno de los más reconocidos pintores del romanticismo alemán. Comenzó a pintar en la convalecencia de una enfermedad, copiando los trabajos de los maestros flamencos.
Se hizo un nombre en muy poco tiempo, en una buena medida gracias al éxito de sus dibujos –era un buen dibujante- publicados en revistas satíricas.
Posteriormente, Spìtzweg visitó los más importantes centros artísticos de París, Londres, Venecia, Praga y Bélgica y refinó su técnica y estilo.
Está considerado como uno de los más conspicuos representantes del período Biedermeir –apellido ficticio de un tradicional profesor de Suabia, personaje de los diarios que daban acogida a caricaturas en sus páginas-.
Spitzweg, como otros pintores de ese movimiento, reflejó con justeza y arte una sociedad complacida y complaciente, sin muchas fantasías, con horizontes bien definidos.
“El poeta pobre” -sobre estas líneas- es una de las más conocidas obras de Spitzweg. En sus últimos cuadros campea una medida excentricidad iluminada por un humor bondadoso.
También fue autor, entre otras obras, de “Ratón de biblioteca”, “Carta de amor interceptada”, “Dos ermitaños” y “Serenata”.
© José Luis Alvarez Fermosel
4 comentarios:
Ese cuadro plasma muy bien la pobreza. Ese poeta vive casi en un closet.
Saludos, feliz fin de semana.
O en una bodega (chica, claro). Saludos y buen fin de semana para ti también.
¡Qué pintor extraordinario! No lo conocía. En realidad, no se mucho de pintura pero me parece que usted sí sabe mucho y domina el tema. Prometo leer sobre este pintor. Gracias por lo que enseña a través de su blog que es estupendo y ¡mucha suerte! para el 28-1 en la radio (el talento ya lo tiene y lo demostró en sus etapas de "ondas sonoras" anteriores ampliamente). Mi familia y yo, agradecidos a Hanglin, seremos todo oídos el lunes. Un gran abrazo. Javier y flía. (de Rosario)
Javier: te agradezco mucho tu comentario.En efecto, me gusta mucho la pintura. Mi abuelo y mi padre fueron grandes pintores. Gracias también por tus elogios y la suerte que me deseas para el 28. Saludos cordiales.
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