domingo, 20 de enero de 2008

A vueltas con el idioma

La falta de la cultura más elemental, hoy en día, verdaderamente da miedo, afirma el escritor español Javier Marías, para quien infinidad de profesores, pedagogos, escritores, traductores, editores, periodistas, políticos, locutores y otros distribuidores del idioma saben muy poco, por no decir nada. Hay honrosas excepciones que confirman la regla, claro está.
Marías lamenta en el diario madrileño El País que, por ejemplo, se confunda a Jean Calvino (1) con John Calvin (2), o que se traduzca literalmente “stained horse” por caballo manchado, en vez de por caballo pinto o tobiano –el mal desempeño de los traductores en la actualidad merece capítulo aparte-.

Javier Marías añade que ha leído últimamente cosas como ésta: encontramos un cadáver bañándose en su propia sangre –cadáver peculiar, dotado de movimiento y dado a raras costumbres, ironiza con humor negro Marías-.
Pero hay más: las puertas se cerraron de par en par, le propició -en vez de le propinó- una serie de bofetadas; cuando ella le dio el sí, la esposó –es decir, que le puso unas esposas para que no se escapase-,
todos estaban al pendiente de lo que se decía, ella sostenía sus ojos abiertos, le vio dar manotazos con el puño cerrado, sin previo aviso comenzó a granizar….
“Leer se ha convertido ya en un suplicio”, dice Marías. ¿Y escuchar lo que dicen los medios electrónicos?
En las últimas 48 horas hemos oído decir por televisión: perá, por esperá, cuchame por escuchame, mu bueno, primiciar por dar una primicia, intencionalidad por intención, concesonario por concesionario, obsesividad por obsesión, uniformizar por uniformar, librario por libresco, cartelizar por fijar carteles, delictual por delictivo, gravitorias por gravitantes, ingestar por ingerir, exotista por exótico, botanista por botánico, concretizar por concretar, desatornillar por destornillar.
Bueno, un premio Nobel –no de literatura, claro- nacido en estas latitudes dice culturación en lugar de cultura o culturización y un cocinero que supuestamente es culto y cosmopolita, y escribe después de cocinar una suerte de poemas en prosa, por así llamarlos, al amor de la lumbre, dice mucho hambre en vez de mucha hambre, crostón por costrón, primer papa por primera papa, pinche por pincho y licúo por licuo.
No nos cansaremos de repetirlo: la sistemática y rapidísima corrupción del idioma español –y del inglés- corre a cargo de los analfabetos ilustrados, los ignorantes pretenciosos y, en vanguardia, naturalmente, los esnobs, para quienes la moda es más importante que la cultura. Y la moda ahora es retorcer palabras y expresiones castizas e inventar otras que parezcan más “cool”.


(1) Nacido en 1509 y muerto en 1564. Difusor de la Reforma Protestante en Francia y Suiza en el siglo XVI. Creó una república protestante en Ginebra. Su sistema religioso, llamado calvinismo, se distingue de las otras doctrinas protestantes por el origen democrático que atribuye a la autoridad religiosa.
(2) Nacido en 1872 y muerto en 1933. Fue el trigésimo presidente de los Estados Unidos.



© José Luis Alvarez Fermosel

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por todas sus enseñanzas y, como buen lector de su blog, además, tomo nota de lo que explica sobre el uso del idioma. ¿Lo hará por radio, también? (Con esta pregunta no quiero decir que no lo seguiré en el blog. ¡Todo lo contrario!) Es simplemente curiosidad de lo que hará por la radio. Mucha suerte y muchos cariños. Nadia (Escobar, pcia. Buenos Aires)

Anónimo dijo...

Gracias por tu mensaje, Nadia. En la radio no creo que toque el tema del idioma. En cuanto a lo demás, ya queda muy poco tiempo para que la expectativa se convierta en realidad. Cariños.

Baakanit dijo...

Sus observaciones ayudan bastante. En muchas partes del caribe la sílaba "es" al comienzo de una palabra o las "eses" intercaladas o finales se omiten al hablar para así hablar más rápido. Da pena esta carnicería de las palabras.

Saludos

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario y aporte. Un abrazo.