miércoles, 7 de noviembre de 2007

New Jersey

New Jersey -cuya capital es Trenton y su población de 8.052.849 habitantes- fue una de las trece colonias originales de los Estados Unidos. Vivió más de un centenar de batallas de la guerra revolucionaria entre 1776 y 1783.
Son obligadas las visitas al Cuartel General de Washington y a Mansión Ford en el Parque Histórico Nacional Morristown. Cerca, en Jockey, Hollow, hay que dar un paseo por donde las tropas coloniales elevaban su moral durante tiempos difíciles. Otros lugares que visitar son el Parque Histórico Fort Lee, el Nassau Hall de Princeton y Rockingham. En esta finca rural escribió Washington su famoso discurso "Adiós a las tropas".
Todo es blanco, limpio, reluciente en New Jersey y sus pueblos restaurados: Cold Spring Village en Cape May, región del Southern Shore, Allaire Village en Farmingdale, región del Shore y Batsto Village, en la zona del río Delaware. Al fondo fulge el mar azul.
Hos­pedarse en cualquiera de los hoteles de Cape May -un lugar histórico popular, en el que hay un faro- es muy agradable. Estar en el Days Inn, en North Bergen, al norte de New Jersey, es como estar en casa. En el duodécimo piso se encuentran el restaurante y el bar. La última vez que yo estuve, una joven y hermosa mula­ta cuarterona, Rose, servía en la barra cócteles Mar­garita y martinis secos -a los que los norteamericanos siguen tan aficiona­dos-, whisky en las rocas y otras bebidas espirituosas junto con un barman que es extraordinariamente parecido a Robert De Niro. Leja­na, una orquesta de cuerdas, que si no era la de Clifford Brown poco le faltaba, interpretaba "Blue moon" y el bar se llenaba de burbujas melancólicas.
New Jersey ha sido, desde 1791, cuando Alexander Hamilton fundó Paterson, que se convirtió enseguida en una ciudad industrial modelo, un lugar en constan­te proceso de evolución en el que se pro­dujeron infinidad de descubrimientos. Thomas Alva Edison fue el inventor emblemático. Consiguió casi un millar de patentes en su laboratorio de West Orange.
La región del río Delaware es real­mente un destino capital en el que se sigue haciendo historia.

(La Revolución Norteamericana, o Guerra de la Independencia, dio lugar a la creación de los Estados Unidos de América. Antes, inmigrantes ingleses habían fundado trece colonias en la costa atlántica del continente americano. Una de las primeras expresiones de identidad nacional fue la creación de milicias coloniales, que surgieron de enfrentamientos con los franceses, dueños de Québec y la Luisiana. Posteriormente se produjeron algunas sublevaciones. La más importante fue el Motín del Té en Boston, en 1773, que causó algunas escaramuzas entre los británicos y las colonias americanas, ya que los representantes de éstas últimas, reunidos en Filadelfia en 1774, habían respaldado a los rebeldes de Boston. En 1775 comenzó la guerra. Los ingleses se perfilaron como ganadores desde el principio. Pero el curso de la contienda experimentó un vuelco favorable a los norteamericanos a partir de su primera gran victoria en la batalla de Saratoga. En 1783, por la Paz de Versalles, Inglaterra reconoció la independencia de las trece colonias –representadas en las trece barras de la bandera estadounidense- según la declaración formulada en 1776.)



©José Luis Alvarez Fermosel
Anterior:

No hay comentarios: