Quizás se hayan ido todos y ya no quede ninguno. O a lo mejor es que los héroes están cansados, o tienen los pies de barro, como los dioses.
No es ésta época de héroes. “No estamos en el salvaje Oeste”, se oye o se lee con frecuencia.
“Sentimientos y conductas presentes en un género como el ‘western’, que dio en el pasado incontables obras maestras escandalizan hoy a la hipócrita masa de biempensantes voluntarios”.
Esto dice el escritor español Javier Marías en una columna publicada en el diario El País de Madrid sobre la desaparición del género cinematográfico del “western”, calificado por Borges como “la poesía épica del siglo XX”.
En la sociedad actual no hay épica, ni ética, ni estética, ni mucho menos lírica–esto no lo dice Marías, lo decimos nosotros-. No cabe en ella el héroe, ni siquiera el de ficción.
Como aficionados al cine de toda la vida, y a las películas del Oeste en particular, que no dejamos de ver desde nuestra infancia hasta que desaparecieron de la pantalla grande, hemos sido cautivados por el trabajo de Javier Marías.
Es impresionante su estremecedora opinión sobre el destino del héroe de uno de los “westerns” más famosos de la historia del género: “El hombre que mató a Liberty Valance” -¡nada menos que de John Ford!-, con John Wayne y James Stewart como protagonistas.
Lo dos fueron actores muy representativos de aquellas inolvidables películas y, además, favoritos del emblemático director, sobre todo, John Wayne.
© José Luis Alvarez Fermosel
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