La periodista -bastante hábil, por cierto- Julieta Molina, nos ofrece en el diario matutino La Nación de la capital argentina un simpático viaje del ayer al hoy, centrado en lo que se refiere a los juegos y recreos de los niños, a quienes no son ajenos los cambios que experimenta la sociedad, a la que ellos también pertenecen.
Julieta se evade por momentos al pasado -un pasado tampoco tan remoto-; se maneja con una ajustada percepción de la realidad y pone en evidencia un muy buen sentido de la observación, más algún zascandileo por la calle, cosa que siempre es buena para un informador.
A muchos de los lectores de esta nota les gustará hacerse una escapada a tiempos idos- que quizás fueron los suyos-. Ni mejores ni peores: distintos.
Ahora bien, se puede opinar. Pero seamos ecuánimes: ni Jorge Manrique “(…) cualquier tiempo pasado fue mejor…”), ni “si me quitan el ‘Ipod’ me dejo morir de hambre y de sed encerrado en mi habitación a cal y canto”.
Estos trabajos periodísticos son siempre refrescantes. Sobre todo cuando están pergeñados no sólo con conocimiento de causa, sino también con un tono tranquilo, sereno, plácido, cosas que no son fáciles de manejar en una actualidad tan vertiginosa.
© J. L. A. F.
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