Arthur Conan Doyle (1859/1930) se dejó tentar, naturalmente, por los temas y los personajes de acción. ¿Acaso su Sherlock Holmes no era un hombre de acción?
Conan Doyle vivió, además, en la era eduardiana, cuando el imperio británico requería hombres de una pieza: nobles, audaces, deportistas, competitivos. Así que no tiene nada de particular que decidiera escribir una serie de relatos de aventureros y boxeadores. Recordemos que a Holmes no le era ajeno el arte del pugilismo.
Y así surgió este libro ameno y encantador, que puede ser un buen compañero de viaje. Su protagonista es, en realidad, la Aventura, que hoy en día se desliza cuesta abajo por la marcada decadencia que constituye una de las características más notorias del posmodernismo.
Para el sociólogo español Salvador Ginés, la aventura está al pairo, debido al agotamiento de espacios desconocidos. Este concepto no es nuevo. Se dijo muchas veces que la aventura murió. Cuando desapareció la caballería –tanto la andante como la propiamente militar-, cuando los barcos de vapor sustituyeron a los de vela y cuando el hombre puso el pie en la luna.
Pero suponiendo que se hubiera acabado la aventura territorial y que ya no quedara otro viaje exploratorio espacial -“…todo viaje es espacial, ¿no?", decía Borges con su peculiar sentido del humor-, quizás la aventura, las aventuras puedan, al final, llegar a buen puerto si nos empeñamos en correrlas. El escritor Fernando Savater –español también, como Ginés- precisa que la aventura es un estado de ánimo.
Nos hemos metido en camisas de once varas, partiendo de lo que iba a ser –pensamos al principio- un breve comentario de un libro de Conan Doyle poco conocido o al menos no tan conocido como los protagonizados por Holmes y su fiel ayudante y amanuense, el doctor Watson.
El libro, “Cuentos de aventureros y boxeadores”, es altamente recomendable. Fue editado por Alfaguara de bolsillo, en su colección Clásica, y tiene 348 páginas.
© José Luis Alvarez Fermosel
Conan Doyle vivió, además, en la era eduardiana, cuando el imperio británico requería hombres de una pieza: nobles, audaces, deportistas, competitivos. Así que no tiene nada de particular que decidiera escribir una serie de relatos de aventureros y boxeadores. Recordemos que a Holmes no le era ajeno el arte del pugilismo.
Y así surgió este libro ameno y encantador, que puede ser un buen compañero de viaje. Su protagonista es, en realidad, la Aventura, que hoy en día se desliza cuesta abajo por la marcada decadencia que constituye una de las características más notorias del posmodernismo.
Para el sociólogo español Salvador Ginés, la aventura está al pairo, debido al agotamiento de espacios desconocidos. Este concepto no es nuevo. Se dijo muchas veces que la aventura murió. Cuando desapareció la caballería –tanto la andante como la propiamente militar-, cuando los barcos de vapor sustituyeron a los de vela y cuando el hombre puso el pie en la luna.
Pero suponiendo que se hubiera acabado la aventura territorial y que ya no quedara otro viaje exploratorio espacial -“…todo viaje es espacial, ¿no?", decía Borges con su peculiar sentido del humor-, quizás la aventura, las aventuras puedan, al final, llegar a buen puerto si nos empeñamos en correrlas. El escritor Fernando Savater –español también, como Ginés- precisa que la aventura es un estado de ánimo.
Nos hemos metido en camisas de once varas, partiendo de lo que iba a ser –pensamos al principio- un breve comentario de un libro de Conan Doyle poco conocido o al menos no tan conocido como los protagonizados por Holmes y su fiel ayudante y amanuense, el doctor Watson.
El libro, “Cuentos de aventureros y boxeadores”, es altamente recomendable. Fue editado por Alfaguara de bolsillo, en su colección Clásica, y tiene 348 páginas.
© José Luis Alvarez Fermosel
2 comentarios:
A raíz de su recomendación, me puse a buscar dónde poder conseguir este libro. Lamentablemente está agotado. No se consigue ni siquiera en alguna librería de viejos. Algún día lo encontraré y lo compraré, gracias a su recomendación y que tanto el tema como el autor me gustan mucho. Un gran abrazo. Rolo Guzmán.
Rolo: Lamento mucho que el libro en cuestión esté agotado.Por lo general, recomiendo libros fácilmente hallables en las librerías.Ignoraba que éste se hubiera agotado tan rápidamente.Supongo que deben estar preparando otra edición.Gracias por escribir y un abrazo.
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