miércoles, 2 de septiembre de 2009

Más sobre cerveza, algo de café y clericó de sidra

Carlsberg, el cuarto grupo cervecero mundial, acaba de lanzar la segunda edición de una cerveza de gran reserva, de 37,5 centilitros y 8,70 grados, que se venderá a 344 dólares (270 euros) la botella, decorada por el artista chileno-danés Marco Evaristo, el mismo que expuso unos peces rojos en un museo dinamarqués en los años 90 y dejó a elección de los visitantes apretar un botón para matarlos. Las cosas de estos tiempos.
Más agradable es revelar que en Viena, la ciudad de los cafés por antonomasia, un inspanner es un café negro, doble, con crema batida. Lo mismo, pero con leche condensada, se llama kleiner brauner. El habitual café con leche español en Viena es el brauner. Al capuchino italiano se le llama melange, es decir, café con leche espumosa. Los vieneses lo piden mucho y se sirve con el consabido vaso de agua. En un buen local, lo normal es pedir el denominado 1-2-3-4: un capuchino, dos vasos de agua, tres diarios y cuatro horas para leerlos. Un cortado es un kapuziner.
Para el calor que suele en hacer en invierno en la surrealista ciudad de Buenos Aires, nada mejor que un buen clericó de sidra, que se hace con una botella de sidra, media de vermú blanco seco, un litro de agua mineral con gas y frutas de estación, las que sean, cortadas en dados.



© José Luis Alvarez Fermosel

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