jueves, 25 de marzo de 2010

Ni chicha ni limonada

La expresión ni chicha ni limonada quiere decir no ser una cosa ni otra. Es un dicho muy popular en el habla española. En realidad, es un aporte –uno más- de la América hispanohablante.
También significa no servir para nada, no ser capaz de nada. Hay gente que no sirve para nada y es capaz de todo.
Si algo es de chicha y nabo, o de chichinabo, no es nada, no vale nada.
Chicha se llamó siempre a la carne comestible en lenguaje infantil, según el diccionario de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos.
Chicha, en plural, es carne de persona. Mi padre tiene una fonda en Benabarre; la gente dice que mis chichas son el mejor anuncio de la fonda. Esto escribe Camilo José Cela en la página 294 de su libro Pirineo.
La chicha es una bebida alcohólica procedente del indigenismo venezolano que se propagó por Perú, Argentina, Bolivia y Chile. Se hace moliendo maíz, añadiendo jugo de piña, guarapo, es decir, pulpa de caña de azúcar y dejando que la mezcla fermente. A veces se le añade una melaza llamada papelón.
Por traslación metonímica, lo chicha alude un poco despectivamente a las llamadas “canciones chicha” de carácter andino pero de producción suburbana, que dieron origen a la bailanta, de escaso o nulo valor artístico, según algunos.
¡Hay qué ver lo que influyeron siempre estas cosas del comercio y el bebercio en el idioma y el folklore de los pueblos!
Según otro dicho popular, el comercio sin bebercio no es negocio.


© José Luis Alvarez Fermosel

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