Hoy se cumplen 30 años de la muerte del gran naturalista español Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo helicóptero se vino abajo en Shaktoolik (Alaska) -junto con cuatro de sus colaboradores-, el 14 de marzo de 1980, mientras realizaba la filmación aérea de un capítulo de su serie para la televisión El Hombre y la Tierra, que habría de constar de 124, la mayoría rodados en España. De la serie estadounidense sólo pudo filmarse la parte correspondiente a Canadá y dos capítulos de Alaska.
Médico, biólogo autodidacta, ambientalista de verdad –no por moda o esnobismo-, defensor a machamartillo de la naturaleza, fue además un apasionado protector de la fauna y contribuyó al derrumbamiento de muchos mitos, como por ejemplo el de la ferocidad de los lobos –él tenía varios en una finca, mansos como perros, consecuencia del estudio de estos cánidos y su convivencia con ellos-.
Félix Rodríguez de la Fuente, hombre multifacético y carismático, expedicionario, guía de safaris fotográficos en Africa, escritor, conferenciante, cuyo saber se extendió a campos como el de la etología y la cetrería, fue pionero de la toma de conciencia ecológica en España cuando ésta se encontraba todavía en pañales en la materia.
Imágenes impresionantes de sus documentales dieron la vuelta al mundo. Obtuvo premios en España (Ondas, Antena de Oro) y en el extranjero (Festival de Televisión de Montecarlo).
Su prematura muerte, a los 52 años, privó no sólo a España, sino al mundo entero de un ambientalista de primerísima línea, cuya influencia perdura a pesar del transcurso del tiempo. En España se suceden las conmemoraciones y actos recordatorios de este científico de extraordinarias aptitudes y acusada y cordial personalidad, que no hizo más que divulgar sus amplios conocimientos, con gran sencillez y humildad, y sembrar afectos.
Los Idus de marzo fueron inexorables con Félix Rodríguez de la Fuente: nació un 14 de marzo y murió un 14 de marzo.
Médico, biólogo autodidacta, ambientalista de verdad –no por moda o esnobismo-, defensor a machamartillo de la naturaleza, fue además un apasionado protector de la fauna y contribuyó al derrumbamiento de muchos mitos, como por ejemplo el de la ferocidad de los lobos –él tenía varios en una finca, mansos como perros, consecuencia del estudio de estos cánidos y su convivencia con ellos-.
Félix Rodríguez de la Fuente, hombre multifacético y carismático, expedicionario, guía de safaris fotográficos en Africa, escritor, conferenciante, cuyo saber se extendió a campos como el de la etología y la cetrería, fue pionero de la toma de conciencia ecológica en España cuando ésta se encontraba todavía en pañales en la materia.
Imágenes impresionantes de sus documentales dieron la vuelta al mundo. Obtuvo premios en España (Ondas, Antena de Oro) y en el extranjero (Festival de Televisión de Montecarlo).
Su prematura muerte, a los 52 años, privó no sólo a España, sino al mundo entero de un ambientalista de primerísima línea, cuya influencia perdura a pesar del transcurso del tiempo. En España se suceden las conmemoraciones y actos recordatorios de este científico de extraordinarias aptitudes y acusada y cordial personalidad, que no hizo más que divulgar sus amplios conocimientos, con gran sencillez y humildad, y sembrar afectos.
Los Idus de marzo fueron inexorables con Félix Rodríguez de la Fuente: nació un 14 de marzo y murió un 14 de marzo.
© José Luis Alvarez Fermosel
Nota relacionada:El Hermano lobo
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