jueves, 4 de marzo de 2010

¿La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?

Una gran parte de la población mundial ya es incapaz de distinguir la verdad de la ficción, sostiene el escritor español Javier Marías.
- ¿Será verdad?
- ¡Una verdad como un templo!
- Pero los gobiernos, los políticos, los comunicadores, la gente seria nunca dice una cosa por otra, no inventa. Vamos, me parece a mí.
- Permítame que le diga que está usted equivocado. No se lo digo para ofenderle, ni mucho menos. Pero esas instituciones, esas personas producen constantemente rumores, chismes y hablillas que contribuyen a la confusión general.
La verdad ha dejado de importarle a gran parte de la población mundial, dice Marías, para añadir acto seguido: “Me temo que me quede corto y que lo que ocurre es aún más grave: una gran cantidad de esa población es ya incapaz de distinguir la verdad de la mentira, o, más exactamente, la verdad de la ficción”.
Para Javier Marías, además, “la facilidad y la velocidad con que cualquier patraña o rumor se expanden hoy por Internet y por medio de los SMS hacen casi imposible atajar los bulos y las informaciones falsas”.
El conocido columnista español asevera: “En la época en que más medios hay para contrastar y verificar las informaciones, mayor es la indistinción entre lo verdadero y lo falso, confundidos en una especie de magma, y cada vez va teniendo menos sentido decir y saber la verdad. Total, ¿para qué, si ya casi pesa lo mismo que la mentira y apenas cuenta?”.
Javier Marías pone ejemplos muy gráficos al respecto y desarrolla este tema candente, con su habitual solvencia, en el artículo "Cuando ya no se distinguen" publicado en la revista de los domingos del diario El País de Madrid, en la que escribe regularmente.

© J. L. A. F.

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