jueves, 6 de octubre de 2011

Bicocas, batallas y torres

Una bicoca es una ganga, una pichincha, algo que se halla y puede obtenerse en un mercadillo, un zoco o una de esas tiendas que venden artículos llamados, por lo menos en España, “de ocasión”.
Bicoca, con b larga o labial y mayúscula es una población italiana que los que han estudiado -y, lo que es bueno, recuerdan-, así como los aficionados a la historia universal en particular, identifican como la población italiana donde los emperadores Carlos I de España (y V de Alemania) y Francisco I de Francia libraron una gran batalla, en 1526.
Les dio tan poco trabajo a los españoles obtener una victoria rotunda, que desde entonces se dice que una bicoca es cualquier cosa que cuesta poco: dinero, tiempo o lo que sea.
En aquellas épocas heroicas los reyes intervenían en las contiendas al frente de sus huestes, como si fueran cabos de gastadores en desfiles, de modo que el monarca español y el francés a punto estuvieron de cruzar sus espadas, si hemos de creer a los historiadores.
Carlos V y Francisco I volvieron a enfrentarse en Pavía, en 1526, y Francisco I fue vencido otra vez, hecho prisionero y encerrado en la Torre de los Lujanes de Madrid.
Tiempos heroicos aquellos, repetimos, pero también caballerescos, pues Carlos I invitó a comer a su palacio al derrotado rey francés. Parece ser que ambos monarcas hicieron honor en la mesa a los exquisitos modales de las cortes de sus respectivos países, aunque en esa época se permitían ciertos excesos en los banquetes.

La Torre de los Lujanes

La  Casa y Torre de los Lujanes, en el corazón del llamado Madrid viejo, o Madrid de los Austrias, es el edificio más antiguo de esta parte de la ciudad. Data de finales del siglo XV. La torre es de estilo mudéjar y la casa conserva dos antiguas portadas, la principal, que da a la Plaza de la Villa, donde está el Ayuntamiento, o la Municipalidad, y una lateral al lado de la calle del Codo, ésta última dispuesta en arco de herradura apuntado.
Se presenta como una de las pocas construcciones de la arquitectura civil madrileña de la época, pródiga en castillos, murallas, fuertes y cuarteles.
La entrada principal conserva el escudo de armas en relieve de los Lujanes.
La casa y la torre albergan actualmente la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

© José Luis Alvarez Fermosel

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