sábado, 31 de octubre de 2009

Alcatraz

El nombre resuena como una ráfaga de ametralladora, o poco menos. Es que la prisión de Alcatraz, en San Francisco (Estados Unidos), guarda sombríos recuerdos de gángsters, fugas dramáticas y, para matizar, la remembranza menos oscura de un recluso estudioso que se convirtió en un destacado ornitólogo. A propósito, el alcatraz es una especie de pelícano de curiosas costumbres.
Al Capone fue uno de los huéspedes más notorios de la cárcel de Alcatraz, emplazada en una roca en medio de la hermosa bahía de San Francisco.
Alcatraz es a San Francisco lo que el castillo de If, erigido frente a la bocana del puerto de Marsella, a esta ciudad francesa. El castillo fue la mazmorra en la que Alejandro Dumas encerró durante 14 años a su personaje Edmundo Dantés, convertido tiempo después en el Conde de Montecristo.
Nunca olvidaré la emoción que me produjo toparme con la mole del castillo de If, fantasmagórico entre la neblina, al entrar en el puerto de Marsella en un desvencijado carguero de bandera holandesa que venía de Túnez. Yo era joven y novelero y El Conde de Montecristo fue una de las novelas de Dumas que más me gustó.
Alcatraz mereció, naturalmente, el honor de “salir en el cine”. Es ya desde hace tiempo una atracción turística, una de las primeras que se muestran al viajero.
San Francisco tiene otras cosas que ofrecer al turismo. Es una ciudad hermosa: la ciudad de Ambrose Bierce, con sus calles en pendiente, el Golden Gate, los pintorescos tranvías, una avenida que lleva el nombre del pirata inglés Francis Drake e infinidad de restaurantes y lugares parecidos donde se come muy bien, entre ellos Vivanda Porta Via (2125 Fillmore Street, St.Frisco), cuyo cocinero, el italiano Carlo Middione prepara una pasta riquísima –como las cintas con pesto-.
No hay que olvidar que en California, y en San Francisco en particular, se dio una movida cultural y gastronómica que popularizó el vino de California y los varietales hechos con un solo tipo de uva.
Volviendo a la prisión de Alcatraz, este año se cumple el 75 aniversario de su apertura. Fue cerrada en 1963 por Robert Kennedy por falta de presupuesto para mantenerla.
La nota relacionada está llena de datos curiosos acerca de la famosa cárcel, en la que se hacían labores de ganchillo (crochet) y se jugaba al bridge.

© José Luis Alvarez Fermosel
Nota relacionada:

“Los misterios de Alcatraz, al descubierto”
(
http://www.ocholeguas.com/2009/10/29/otrosmundos/1256818599.html)

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