domingo, 12 de abril de 2009

De escritores y libros

Acabo de terminar otro libro. Como es natural, estoy en ascuas. Porque, como es natural también, pretendo editarlo.
Uno no piensa ganar dinero, ya sabe que escribir libros no da plata, o tan poca que no alcanza para nada. También se sabe de memoria las penurias que sufrieron escritores que terminaron por ser famosos.
El libro “The experts Speak” (literalmente traducido del inglés: Hablan los expertos) cita a muchos escritores, cuyos nombres están inscriptos hoy con letras de oro en el pórtico de la gloria, que las pasaron canutas tratando de publicar.
La editorial inglesa W. H. Allen and Co. envió en 1970 al escritor de la misma nacionalidad, Frederick Forsyth, la siguiente nota: “Su libro no tiene interés para el lector”. En 1983, las ventas del “Día del chacal” habían llegado a ocho millones de ejemplares. De la novela se hicieron, al menos que yo recuerde, dos películas.
“Lo lamento, Mr. Kipling, pero usted no sabe utilizar el idioma inglés”, escribió el director del “San Francisco Examiner”, en 1889, rechazando artículos ofrecidos por Rudyard Kipling al periódico. Entre los escritores cuyas obras no fueron aceptadas por editoriales, una vez tras otra, figuran Balzac, Baudelaire, Emily Bronté, Lewis Carroll, Joseph Conrad, Charles Dickens, Faulkner, Flaubert, George Orwell y Shakespeare.
El gran escritor y periodista uruguayo Homero Alsina Thevenet recoge los anteriores ejemplos en un libro en dos tomos, de poco más de 250 páginas cada uno, titulados “Una enciclopedia de datos inútiles” y “Segunda enciclopedia de datos inútiles”. Los recomiendo con entusiasmo.
El escritor argentino Alberto Speratti publicó en "El Observador", de la editorial Perfil, un artículo en el que revela que está radicado en España y vive allí muy bien de su profesión.
El primer libro de Speratti, por el que cobró 3.000 dólares, más los gastos para ir al Vaticano a investigar, trataba de la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I y vendió de arranque 36.000 ejemplares, una cifra más que satisfactoria para cualquier país de habla hispana, España incluída.
Speratti dice: “Como la novela figuró en la lista de los 40 libros más vendidos del año, dejé rápidamente de ser un chico que escribe bien y viene de Sudamérica para convertirme en el autor de una ’pegada’, lo cual me dio mejores posibilidades de negociación futura”.
Speratti habla en su largo y documentado artículo de otras realidades del ambiente editorial de España. Dice, por ejemplo, que otra ventaja que tiene el mercado español es el olfato de los editores. Si un escritor ha acumulado un par de éxitos, es un desperdicio limitarlo. "Cuando el nombre del autor pesa, se firma un contra­to en blanco en el que el escritor hace lo que se le antoja y el editor pide, tímidamente, enterarse del argumento del próximo libro", revela.
Speratti termina su artículo diciendo que "un as­pecto que puede alucinar a un argentino con referencia a la realidad española es el hecho de que sea posible hacer proyectos lógicos, deporte prácticamente olvidado en la Argentina de los últimos años”.
“Trabajar entre cuatro y seis horas diarias en la propia casa y vivir confortablemente del oficio de escribir novelas, no es una posibili­dad fuera de lo común en España. Tener un piso grande y antiguo en un barrio caro del centro, un coche moderno, etc., es algo que puede lograrse sin esgrimir cifras de ventas similares a las de García Márquez”,
concluye Speratti.

© José Luis Alvarez Fermosel

Nota relacionada:

“De qué viven los escritores argentinos”
http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=22675

2 comentarios:

Susan.B dijo...

Jose, muy interesante este asunto de los escritores. Pero sería más interesante que nos contaras acerca de tu recién terminado libro .Se puede o es un secreto por ahora?
Si está permitido,me gustaría enterarme aunque sea de un esbozo rápido. Los editores están sintonizando otro canal.De modo que sería bueno que los despertaras y sedujeras, ok? Andale , despáchate con alguito.Un abrazo.Susan4

Caballero Español dijo...

Susan.B: No es que sea un secreto, pero por una cuestión de cábala, me reservo aún la difusión de todo lo que se refiera al libro, a la espera de que algún editor sintonice mi canal, en vez de otros, como tú deces muy bien, y lo publique. Tan pronto tenga esa luz verde, te iluminará a ti también. Un abrazo.