jueves, 9 de abril de 2009

El jinete azul

“Der Blaue Reiter” (El Jinete Azul) fue uno de los movimientos más significativos y originales de la pintura alemana, no sólo de comienzos del siglo XX, sino de toda su historia
El nombre de ese grupo -de 13 pintores, entre los cuales tres mujeres, no todos alemanes- se debe al título de un cuadro de Wassily Kandinsky, pintado en 1903, que ilustró una portada de la revista Almanach (Almanaque) en 1912.
Uno de los integrantes de “Der Blaue Reiter”, Franz Marc, dijo que esa obra programática recogía “los movimientos pictóricos más modernos de Francia , Alemania y Rusia y se conectaba con el Gótico, Africa y el gran Oriente, el arte infantil y las más aplaudidas obras musicales presentadas en todos los escenarios de la Europa de nuestro tiempo”.
Marc había pintado en 1911 un cuadro titulado “El Caballo Azul”. Un año después pintaría “El sueño”: el retrato de una mujer vestida de rojo, con apenas tres toques azules repartidos entre el tocado y las manos. Su rostro tiene una expresión inefable. El cuadro se conserva en el museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
A Marc le encantaban los animales, y hubiera preferido que en la denominación de esa escuela pictórica figuraran sólo los caballos, en contra de la opinión de Kandinsky, que se empeñó en añadir la palabra “jinete”. Ambos, apasionados del azul, coincidieron en el color.
Junto a Kandinsky se alinearon Franz Marc, August Macke, Paul Klee, Gabriele Münter, Alexej von Jawlensky, Heinrich Campendonk, Albert Bloch, Natalia Goncharova, Marianne von Werefkin, Lyonel Feininger, Arnold Schoenberg y David Burtiuk.
Buscaron la sublimación del color y transitaron por sendas paralelas a las recorridas por Matisse, los “fauves” y un suizo inquietante, Paul Klee
Franz Marc y Auguste Macke murieron en el frente francés durante la Gran Guerra ( 1914-1918).
Macke fue autor, entre otros cuadros, de un tríptico pintado en 1912: “Gran parque zoológico”, que se encuentra en el Museum am Ostwall de Dortmund. En esta obra se distribuyen hábilmente los tonos azules.
La muerte de Franz Marc en Verdun, en 1916, marcó el fin de esta escuela pictórica iniciada en 1910, muy interesada por el color, del que consiguió hacer, partiendo del expresionismo, una fascinante alternativa basada en el encanto del cromatismo, “per se”, y la lírica del signo.


© José Luis Alvarez Fermosel

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