jueves, 2 de abril de 2009

Sale en la foto Kirlian

Astrodiagnósis, tantra yoga, sexografía, biosíntesis, sexolalia, reiki, “re birthing”, “víbration”, animación corporal con humanografía, juegos tántricos, jatsu, baile raro, “counseling” pastoral, interacción cósmica, facilitación holística operativa, terapéutica de la conversación, ayurveda, energía sutil, centramiento, sensopercepción, escuela de Bach, nivel vibracional, terapia de regresión de vidas pasadas, angelología…
Estás son algunas de las muchas terapias alternativas qué se nombran en los medios informativos de toda la Argentina. Sus “facilitadores holísticos” o “consultores gestálticos” –así se autodenominan- ofrecen la cura milagrosa para todos los males que aquejan el alma y el cuerpo de la humanidad doliente en los albores del siglo XXI.
Han sustituido a los antiguos brujos, los tarotístas, los pastores, los psicólogos, las sectas. Son los gurúes de la era de la Internet y el macho posmoderno, o macho posmo –“light and cool”-.
Hablan por las emisoras de radio y los canales de televisión y dicen cosas increíbles, como que hay un diamante en el centro de la tierra, o que su disciplina “sale en la foto Kirlian”, que según ellos hace visible el aura, o cuerpo etérico. (Arthur J. Ellison, profesor durante mu­chos años de electrónica e ingeniería eléctrica en la universidad municipal de Londres, planteó quizás la crítica más devastadora contra la afirmación de que la fotografía Kirlian hace visible el aura.)
¿Hasta dónde se entremezclan una cierta inquietud cientificísta, por así llamarla, el ansia de probar algo nuevo, de sentir percepciones y sensaciones diferentes, las ganas de conocer el futuro, la superstición, la ignorancia, el estrés, la soledad, la falta de amor y el interés por lo exótico, o lo esotérico, y lo paranormal?
Tal vez no sea fácil saberlo, aquí y ahora. Pero el caso es que estas… “terapias” del siglo XXI cuentan con grandes cantidades de gente que se somete a ellas, sin importarles que sus reales o supuestos creadores y practicantes sean gente seria o, lisa y llanamente, avisados comerciantes que lucren con la credibilidad de la gente y sus deseos de acceder a lo extraordinario, a ver si así su vida cambia, se curan el insomnio o pueden ganar en la quiniela.



© José Luis Alvarez Fermosel

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