Algo muy bueno de los cocineros actuales -tan mediáticos, tan queridos por el público-, o de algunos, es que enseñan a sus hijos a comer lo que guisan sus padres.
Las criaturas se acostumbran a comer cosas distintas a la de todos los días, o por lo menos platos más elaborados, desde que dejan el biberón. Lo importante es que adquieran el hábido de comer de todo.
Hay que variar. En todo y por todo. Dicen que en la variedad está el gusto.
Ravioles, pizza, asado, filete de merluza... Pero también una buena corvina a la vasca, unos espárragos a la vinagreta, unas alcachofas al wok, un gazpacho y de postre un “parfait” de chocolate, pongamos por caso.
No hay niños maniáticos. Si los hay es porque los padres no se preocupan por quitarles las manías.
No es ese el caso de tres de los mejores cocineros de España, que han convertido a sus hijos en pequeños “gourmands”. Hay que leer en el diario El País de Madrid la nota relacionada, que nos parece de gran interés para los padres.
Las criaturas se acostumbran a comer cosas distintas a la de todos los días, o por lo menos platos más elaborados, desde que dejan el biberón. Lo importante es que adquieran el hábido de comer de todo.
Hay que variar. En todo y por todo. Dicen que en la variedad está el gusto.
Ravioles, pizza, asado, filete de merluza... Pero también una buena corvina a la vasca, unos espárragos a la vinagreta, unas alcachofas al wok, un gazpacho y de postre un “parfait” de chocolate, pongamos por caso.
No hay niños maniáticos. Si los hay es porque los padres no se preocupan por quitarles las manías.
No es ese el caso de tres de los mejores cocineros de España, que han convertido a sus hijos en pequeños “gourmands”. Hay que leer en el diario El País de Madrid la nota relacionada, que nos parece de gran interés para los padres.
© J. L. A. F.
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