Nosotros lo dijimos y lo repetimos hasta el cansancio en la radio, donde hablamos largo y tendido de una realidad que cada vez se perfilaba más como absoluta e innegable; y, desde luego, sin retorno ni marcha atrás: una realidad que hemos vivido y vivimos, que está a la vista, que la vemos todos, que no puede negarse.
También escribimos acerca de este tema, tan…”bizarro” pero tan real, tan actual, en los medios gráficos, e incluso en este blog. Fuimos los precursores. Nos sentimos pioneros.
Nuestras afirmaciones, recibidas en principio con desconfianza, si no con incredulidad, nunca fueron caprichosas, ni carecieron de base.
Nos alegramos de que, a pesar de todo, no cayeran en saco roto, de que otras personas en otros países -¡diez y ocho , nada menos! hayan reafirmado y dado carácter de realidad y actualidad a este fenómeno –porque ya es un fenómeno-, tan incrustado en nuestra vida y nuestra sociedad como el de la prolongación de la adolescencia y la juventud hasta edades consideradas antes como la plenitud del desarrollo mental y físico.
La carencia de madurez funcional y emocional se prolonga a pasos agigantados, y globalmente; más en el hombre que en la mujer, por cierto.
Lo acaban de asegurar, tras prolongados y concienzudos estudios, destacados científicos en diez y ocho naciones de todo el mundo.
También escribimos acerca de este tema, tan…”bizarro” pero tan real, tan actual, en los medios gráficos, e incluso en este blog. Fuimos los precursores. Nos sentimos pioneros.
Nuestras afirmaciones, recibidas en principio con desconfianza, si no con incredulidad, nunca fueron caprichosas, ni carecieron de base.
Nos alegramos de que, a pesar de todo, no cayeran en saco roto, de que otras personas en otros países -¡diez y ocho , nada menos! hayan reafirmado y dado carácter de realidad y actualidad a este fenómeno –porque ya es un fenómeno-, tan incrustado en nuestra vida y nuestra sociedad como el de la prolongación de la adolescencia y la juventud hasta edades consideradas antes como la plenitud del desarrollo mental y físico.
La carencia de madurez funcional y emocional se prolonga a pasos agigantados, y globalmente; más en el hombre que en la mujer, por cierto.
Lo acaban de asegurar, tras prolongados y concienzudos estudios, destacados científicos en diez y ocho naciones de todo el mundo.
© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:
“Ser joven ‘es una actitud’ que podría durar hasta los 34 años”
(http://www.ambito.com/noticia.asp?id=476494)
“El síndrome de Peter Pan”
(http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2009/05/la-generacion-odisea.html)
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