Ya lo dije cuando pasó otras veces. Y lo escribí, aquí y en otros lugares. No voy a repetirlo. Por lo menos con detalle. Me limitaré a dar la noticia, porque es noticia, aunque no sea mala: han florecido de nuevo los jacarandáes.
Lo que significa que la ciudad está inundada de azul y de belleza.
Los jacarandáes son árboles raros y hermosos. Apenas florecen y ya están dejando caer sus flores color lavanda por todas partes.
Para acentuar su originalidad, florecen –y se agostan casi inmediatamente después- dos veces por año: en primavera y en otoño.
Hay jacarandáes en muchos países del mundo, no sólo en Argentina. Es una gloria verlos recién florecidos, esté uno donde esté.
A mí me parecen árboles de cuento de hadas y me empeño en que, cuando florecen, son portadores de buenas nuevas relacionadas con romances, viajes a lugares exóticos y cosas positivas y bonitas.
Ya me estoy pasando. Sólo quería dar la noticia, decir que acaban de florecer los jacarandáes, pero se me ha ido la mano. Siempre me pasa lo mismo.
© José Luis Alvarez Fermosel
Lo que significa que la ciudad está inundada de azul y de belleza.
Los jacarandáes son árboles raros y hermosos. Apenas florecen y ya están dejando caer sus flores color lavanda por todas partes.
Para acentuar su originalidad, florecen –y se agostan casi inmediatamente después- dos veces por año: en primavera y en otoño.
Hay jacarandáes en muchos países del mundo, no sólo en Argentina. Es una gloria verlos recién florecidos, esté uno donde esté.
A mí me parecen árboles de cuento de hadas y me empeño en que, cuando florecen, son portadores de buenas nuevas relacionadas con romances, viajes a lugares exóticos y cosas positivas y bonitas.
Ya me estoy pasando. Sólo quería dar la noticia, decir que acaban de florecer los jacarandáes, pero se me ha ido la mano. Siempre me pasa lo mismo.
© José Luis Alvarez Fermosel
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