El colosal poeta argentino Raúl González Tuñón –tan injustamente preterido- le dedicó el siguiente verso a Juan de Tassis, conde de Villamediana.
"Dejó un cuadro, un puñal y un soneto".
Manuel Machado.
Pronto partió dejando poco escrito.
No fue, exactamente, Oliveretto,
pero hubo amor, intriga, duelo, muerte,
y un soneto
“Silencio, en tu sepulcro deposito”.
La última línea –entrecomillada- del poemita de González Tuñón corresponde al título y a las primeras palabras de estos versos de Villamediana:
Silencio, en tu sepulcro deposito
ronca voz, pluma ciega y triste mano,
para que mi dolor no cante en vano
al viento dado y en la arena escrito.
Tumba y muerte de olvido solicito,
aunque de avisos más que de años cano,
donde hoy más que a la razón me allano,
y al tiempo le daré cuanto me quito.
Limitaré deseos y esperanzas,
y en el orbe de un claro desengaño
márgenes pondré breves a mi vida,
para que no me venzan asechanzas
de quien intenta procurar mi daño
y ocasionó tan próvida huída.
Bien, ¿pero quién fue el Oliveretto que cita González Tuñon en su poema? Pues un perdís que hizo las mil y una en la corte de los Medici y a quien Manuel Machado dedicó la siguiente poesía. Tuñón cita en su poema dedicado a Villamediana la última frase de éste de Machado, que transcribimos a continuación:
Fue valiente, fue hermoso, fue artista.
"Dejó un cuadro, un puñal y un soneto".
Manuel Machado.
Pronto partió dejando poco escrito.
No fue, exactamente, Oliveretto,
pero hubo amor, intriga, duelo, muerte,
y un soneto
“Silencio, en tu sepulcro deposito”.
La última línea –entrecomillada- del poemita de González Tuñón corresponde al título y a las primeras palabras de estos versos de Villamediana:
Silencio, en tu sepulcro deposito
ronca voz, pluma ciega y triste mano,
para que mi dolor no cante en vano
al viento dado y en la arena escrito.
Tumba y muerte de olvido solicito,
aunque de avisos más que de años cano,
donde hoy más que a la razón me allano,
y al tiempo le daré cuanto me quito.
Limitaré deseos y esperanzas,
y en el orbe de un claro desengaño
márgenes pondré breves a mi vida,
para que no me venzan asechanzas
de quien intenta procurar mi daño
y ocasionó tan próvida huída.
Bien, ¿pero quién fue el Oliveretto que cita González Tuñon en su poema? Pues un perdís que hizo las mil y una en la corte de los Medici y a quien Manuel Machado dedicó la siguiente poesía. Tuñón cita en su poema dedicado a Villamediana la última frase de éste de Machado, que transcribimos a continuación:
Fue valiente, fue hermoso, fue artista.
Inspiró amor, terror y respeto.
En pintarle giadiando desnudo
ilustró su pincel Tintoretto.
Machiavelli nos narra su historia
de asesino elegante y discreto.
César Borgia lo ahorcó en Sinigaglia...
Dejó un cuadro, un puñal y un soneto.
© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:
Dos poemas de amor.
http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2009/03/dos-poemas-de-amor.html
Poesía y diversión.
http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2008/05/poesa-y-diversin_05.html
Crónicas de Madrid (IX): Un cuadro, un puñal y un soneto.
http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2007/12/crnicas-de-madrid-ix.html
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