lunes, 5 de mayo de 2008

Poesía y diversión

Hay personas amantes de la literatura, incluso algunas que hacen literatura, a quienes, sin embargo, no les gusta la poesía porque dicen que es aburrida, como los poetas, que si no son aburridos son tristes –no se sabe qué es peor…- y por eso se pasan la vida en parques solitarios, deshojando flores y cantándoles a las oscuras golondrinas –que volverán…- sus penas de amor al atardecer.
Como en tantas otras cosas, la realidad es bien distinta. No sólo hay poetas divertidos, sino también muchos que escriben versos de humor, no sólo de amor.
- ¿Y escriben sonetos?
- Sí, claro.
- ¿Divertidos?
- Desde luego.
- ¿Y se divierten escribiéndolos?
- Ya lo creo.
Los poetas, o infinidad de ellos, se han divertido en todo el mundo y en todas la épocas escribiendo versos. También se han divertido haciendo otras cosas.
En España, sin ir más lejos, el poeta y dramaturgo Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, uno de los mejores y más prolíficos escritores de la literatura universal, llevó una vida de lo más divertido y se divirtió escribiendo poemas como el que transcribimos a continuación, titulado Un soneto me manda hacer…

Un soneto me manda hacer Violante;
en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto,
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y aún parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce y ya está hecho.

El festivo, burlón y jocoso poeta Baltasar de Alcázar decía con metro y rima en divertidos versos esdrújulos:

Si es o no invención moderna,
vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna;
porque allí llego sediento,
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bébolo,
págolo y vóyme contento.

Ya en pleno siglo XX, otro gran poeta, Manuel Machado, hermano de Antonio, siguió los pasos de Lope y jugó a la rapidez en la improvisación de un soneto que tituló: Alfa y Omega.

Cabe la vida entera en un soneto
empezado con lánguido descuido,
y, apenas iniciado, ha transcurrido
la infancia, imagen del primer cuarteto.
Llega la juventud con el secreto
de la vida, que pasa inadvertido,
y que se va también, que ya se ha ido,
antes de entrar en el primer terceto.
Maduros, a mirar a ayer tornamos
añorantes y, ansiosos, a mañana,
y así el primer terceto malgastamos.
Y cuando en el terceto último entramos,
es para ver con experiencia vana
que se acaba el soneto... Y que nos vamos.

© José Luis Alvarez Fermosel

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola, Caballero! ¿Quién puede hacer que la poesía le guste a alguien si nunca le convenció? Sólo usted tiene esa habilidad maestra. Además, le pregunto ¿me parece a mí o alguno de estos sonetos los leyó por la radio? Le pido, además, que me indique qué libro me recomendaría de Baltsar de Alcázar para leer. Muchas gracias y un beso grandísimo. Lucía, una gran admiradora suya.

Anónimo dijo...

Magnífica la nota. Ideal para que los que no entendemos mucho o nada de poesía la podamos entender mejor. Gracias por su aporte a la cultura y a la ensenanza. Un grn abrazo. Jaime (de Punta del Este)

Anónimo dijo...

Lucía: Tienes razón en lo que dices con respecto a la poesía. También es verdad que algunos de esos sonetos los he recitado por radio. Con respecto a Baltasar de Alcázar, te recomiendo el libro: "Poesía de Baltasar de Alcázar", precedidas por la biografía del autor por Francisco Pacheco. No sé si este libro podrá encontrarse en Buenos Aires. En todo caso, tal vez en El Ateneo o en cualquiera otras de las grandes librerías puedan hacerte más precisiones. Gracias por tus líneas y cariños.

Anónimo dijo...

Jaime: Muchas gracias por tus líneas y tus elogios. Un fuerte abrazo.