Martha, del barrio de Núñez (Buenos Aires), me envió el primero de mayo un comentario relacionado con mi artículo titulado "Agua" sobre la adicción al líquido elemento, que decía aquél, publicado el pasado 30 de abril. Lo transcribo a continuación como roja señal de alerta para aquéllos que ignoran el peligro que corren bebiendo agua sin tino y sin duelo, mañana, tarde y noche, costumbre que tiene ya características de adicción, una adicción contraída por la mala interpretación de consejos médicos, o por malos consejos médicos, así como por el desacertado consumo y mala digestión de cierta publicidad y también -cuándo no- por ese afán desmedido de estar de última moda, de marcar tendencia.
Yo tenía la obsesión de mantenerme delgada, pero no anoréxica, eso de ninguna manera. Un día escuché que era muy bueno tomar agua, mucha agua, cuanta más mejor y, si posible fuera, llegar a los tres litros, o más aún, por día. Lo de los ocho vasos, o los dos litros diarios lo consideré total y absolutamente imprescindible.
Un día me desmayé en plena calle. Me llevaron a un hospital. El médico que me atendió se horrorizó cuando le conté lo que hacía. Perdí grandes cantidades de sodio y potasio y contraje una enfermedad en los riñones.
Yo también iba a todas partes con mi botella de agua a cuestas. Tardé en desacostumbrarme a llevarla.
Me costó mucho trabajo conjurar la crisis, de la que me quedan secuelas hasta el día de hoy.
Los médicos me dijeron que hay que beber agua de acuerdo con la sed que se tenga, a no ser que se practique gimnasia, en cuyo caso hay que beber un poco más para compensar el líquido que pierde el cuerpo humano con la transpiración y no deshidratarse. Martha.
2 comentarios:
Sr. Fermosel: No se da una idea de lo muy contenta y sorprendida que estoy. Pensé que ud. iba a ser quien mejor me iba a entender sobre el tema y fue asi. Lo que no pensé es que se ocupara de nuevo del peligro de la ingesta de agua en exceso, mediante mi carta anterior directamente. Eso me causó una gran alegría y me reconforta que haya personas de su nivel que se preocupen por los temas de la salud. Lo felicito y le agradezco mucho. Martha (de Nuñez)
Martha: no tienes nada que agradecerme. El agradecido soy yo, porque tú me diste la oportunidad de reforzar lo que yo dije con respecto a los peligros para la salud del excesivo consumo de agua, tema del que pienso seguir ocupándome. Gracias a ti, pues, y cariños.
Publicar un comentario