Parte de la corrupción y el empobrecimiento del idioma español, patentes en la radio y la televisión, se debe a una moda, con toda probabilidad, y no a la ignorancia.
La moda es ya decir mu, en vez de muy. Por tanto, es frecuente que oigamos decir mu buenos días, o mu buenas tardes, según corresponda, y también está mu bueno.
Se tiene, además, la manía, que ha hecho callo como un hueso roto, de informarse poco y mal en ciertos aspectos de la crónica policial.
Por ejemplo, si alguien se ha lastimado en una pierna en un accidente, o le han metido una bala en alguno de los asaltos a mano armada que forman parte del folklore porteño cotidiano, se dirá que el herido lo fue en una de sus piernas -¡claro, no va a ser en la pierna de otro!-, en lugar de explicar que el balazo alcanzó a la víctima en la pierna derecha o en la izquierda, según el caso. Desde luego, hay que averiguar en cual de sus piernas fue herido. A simple vista, no parece muy difícil.
Delincuentes
Los delincuentes son eso: delincuentes. Parece que la palabra delincuente no tiene sinónimos como malhechor, maleante, malviviente, hampón, atracador, asaltante, forajido, ladrón, bandido, criminal –si ha cometido un crimen-, salteador, facineroso, fugitivo, si está huyendo…
Hablando de crímenes –tema poco grato, ya sabemos-, si a Pérez lo asesinan habrá que hablar del asesinato de Pérez, no del crimen de Pérez, pobre hombre, que no cometió ninguno sino que fue víctima de uno.
Las armas son las armas, por antonomasia. No hay pistolas (ni las de reglamento de las fuerzas de seguridad, ni ninguna otra), revólveres, pistolones, escopetas (de dos cañones, de uno, de caza, de cañón recortado, las Itaca y las lanza granadas de gas de la policía), carabinas, rifles, fusiles, fusiles de asalto, ametralladoras, metralletas, cuchillos, puñales, estiletes, navajas, navajas de resorte, dagas, facones, púas, machetes, cachiporras, bastones (los de la policía), puños de hierro, mazas…
Lo de antes no sirve
El hace tanto tiempo atrás, en vez de hace tanto tiempo, o tanto tiempo atrás, es también moneda corriente, como la casi totalidad por casi la totalidad, a punta de pistola en vez de pistola en mano (la pistola no tiene punta, sino cañón; las que tienen punta, y algunas filo y contrafilo, son las armas blancas).
Ni qué hablar de primer vez o tercer nota, en vez de primera vez y tercera nota, lleno total por lleno impresionante, o espectacular, no puedo dejar de olvidar, por no puedo dejar de recordar. Todo se hace como que, o de alguna manera. Claro, de lo contrario no se haría.
Hay un gran desprecio por todo lo que sea de antes, por la cultura, por la estética. Todo lo que no esté pasando ahora no sirve, no tiene importancia. En todo caso, si hay que enterarse de algo que sea “cool” se va uno a Google. La Wikipedia es un rollo.
Una agencia de publicidad se mofa del latín al anunciar por televisión un agua saborizada, lo cual indigna a toda una generación que estudió esa lengua durante siete años en su bachillerato, durante el cual le dijeron, y tenían razón, que el conocimiento del latín era importante para muchas cuestiones y para el posterior estudio de las lenguas románicas.
A nadie le interesan hoy en día las lenguas románicas, ni creo que se sepa cuales son. No hablemos de literatura, ni de libros. Los libros que más se se editan y venden son los de autoayuda, temática que no escapa al toque de onanismo presente en tantas cosas de estos tiempos.
Pues nada, mu bien.
© José Luis Alvarez Fermosel
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