martes, 26 de octubre de 2010

Buen gusto

Fernando, Claudia, Lalo… Los llamo así, por su nombre de pila, por mor de la simpatía que les profeso a los tres.
El trío apareció –por el orden citado- en el canal El Gourmet de la televisión de Buenos Aires, en un programa nuevo. Reconozco que veo algunos: los que conducen cocineros que saben lo que se traen entre manos, y no son sofisticados.
Veo a Francis Mallmann, por ejemplo, que cocina en pleno campo, en la Patagonia argentina. Fui asiduo comensal de aquel estupendo restaurante que tuvo en la calle Honduras, hace muchos años.
Fernando Trocca (cocinero y dueño de restaurantes), Claudia Fontán (actriz y cocinera) prepararon una cena para Lalo Mir, figura señera de la radiodifusión argentina, que ingresó en el estudio cuando ya estaban sobre la mesada de la cocina la bondiola braseada, las batatas glaseadas, el “chutney” de mango y la tapenade que integraron el menú.
Aparte de la maestría que desplegaron –cada uno en lo suyo- Fernando, Claudia y Lalo, quiero destacar la naturalidad, la sencillez, la sobriedad y la simpatía de los tres, tan lejos de la afectación y el rebuscamiento que caracterizan hoy en día todos los ambientes, y el de la gastronomía en particular.
Uno contemplaba a tres buenos amigos que estaban pasando un buen rato y se lo hacían pasar a quienes los veían.
Todo fue encantador y gratificante. Tanto que no puedo por menos de consignarlo en esta modesta bitácora, a modo de homenaje.
Los tres destacados profesionales han llegado al punto máximo de sus carreras. Y siguen tan humildes como cuando empezaron. No se han envanecido. Carecen de impostación y de soberbia. Esto es meritorio.
Tanto más cuanto que -lo repetimos- hoy predomina todo lo contrario. En todas partes, incluídos los restaurantes, las cocinas y las bodegas -¡ni qué hablar de las catas de vinos!-.
La sofisticación, la prepotencia del que cree que lo sabe todo -y sabe poco, o nada-, el exhibicionismo del nuevo rico, la pedantería, la banalidad, el esnobismo, la cursilería…, y hacemos punto y aparte aquí, pero podríamos seguir hasta mañana citando los signos distintivos de la sociedad global del tercer milenio.
El nuevo ciclo, “Trocca alla Fontán”, va a ser celebrado por los televidentes de buen gusto. Y no nos referimos sólo al gusto de comer y beber.

© José Luis Alvarez Fermosel

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