Hace unos días afirmé públicamente que quienes sostienen que el ejercicio del periodismo es muy fácil –que son muchos-, están en lo cierto.
También es fácil conducir un automóvil, nadar, manejar una computadora o un “blackberry”, mandar un mensaje de texto por el celular y hacerse el nudo de la corbata de lazo, o de moño, para la camisa del esmóquin. ¡Es muy fácil, pero hay que aprender!
Lo mismo pasa con el periodismo. Es muy fácil ser periodista, todo el mundo puede ser periodista. Ciertamente, pero hay que aprender.
Hace unas horas me dijo un viejo amigo en una reunión: “Te escuché el otro día, y creo que tienes razón: navegar por Internet es fácil, ¡pero hacerse el nudo de la ‘black tie’ es terrorífico! Yo sabía hacerlo, antes. Pero como ahora es tan poco común ponerse un esmóquin, con la camisa y corbata que hagan juego, se me ha olvidado hacerme el lazo, por falta de práctica. Además, esas corbatas vienen ya desde hace mucho tiempo anudadas y se ajustan al cuello con un ‘clip’. Yo, lamentablemente, no tenía una de esas, que si no…”. A mi amigo, según me dijo, le ayudó su mujer y al final el nudo de la corbata le quedó perfecto, Pero llegó tarde a la fiesta.
La última vez que yo me puse un esmóquin fue en Nueva York, hace cinco años, poco más o menos. Todavía me salía bien el nudo de la “bow tie”, como se la llama en inglés. No sé cómo me saldría ahora.
Para todos aquellos a quienes les pasa lo mismo que a mi amigo y a tantos caballeros –incluído, probablemente, este amigo y servidor de ustedes- va una escenificación en la que se explica perfectamente cómo anudar el dichoso corbatín.
No sé para qué, la verdad, porque como bien dice mi amigo ya casi no hay fiestas de gala a las que tenga que irse vestido de etiqueta.
Por otra parte, tampoco es tan importante saber hacerse el nudo de una corbata. Por ahí nos acusan de frívolos por enseñar cómo se hace, o por tocar este tema.
También es fácil conducir un automóvil, nadar, manejar una computadora o un “blackberry”, mandar un mensaje de texto por el celular y hacerse el nudo de la corbata de lazo, o de moño, para la camisa del esmóquin. ¡Es muy fácil, pero hay que aprender!
Lo mismo pasa con el periodismo. Es muy fácil ser periodista, todo el mundo puede ser periodista. Ciertamente, pero hay que aprender.
Hace unas horas me dijo un viejo amigo en una reunión: “Te escuché el otro día, y creo que tienes razón: navegar por Internet es fácil, ¡pero hacerse el nudo de la ‘black tie’ es terrorífico! Yo sabía hacerlo, antes. Pero como ahora es tan poco común ponerse un esmóquin, con la camisa y corbata que hagan juego, se me ha olvidado hacerme el lazo, por falta de práctica. Además, esas corbatas vienen ya desde hace mucho tiempo anudadas y se ajustan al cuello con un ‘clip’. Yo, lamentablemente, no tenía una de esas, que si no…”. A mi amigo, según me dijo, le ayudó su mujer y al final el nudo de la corbata le quedó perfecto, Pero llegó tarde a la fiesta.
La última vez que yo me puse un esmóquin fue en Nueva York, hace cinco años, poco más o menos. Todavía me salía bien el nudo de la “bow tie”, como se la llama en inglés. No sé cómo me saldría ahora.
Para todos aquellos a quienes les pasa lo mismo que a mi amigo y a tantos caballeros –incluído, probablemente, este amigo y servidor de ustedes- va una escenificación en la que se explica perfectamente cómo anudar el dichoso corbatín.
No sé para qué, la verdad, porque como bien dice mi amigo ya casi no hay fiestas de gala a las que tenga que irse vestido de etiqueta.
Por otra parte, tampoco es tan importante saber hacerse el nudo de una corbata. Por ahí nos acusan de frívolos por enseñar cómo se hace, o por tocar este tema.
© José Luis Alvarez Fermosel
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