La españolísima Nati Mistral sostenía en aquella canción que la luna era una mujer.
“Luna, luna de España cascabelera;
luna de ojos azules, cara morena…”
Había en la marisma andaluza un toro enamorado de la luna…
Poetas, escritores (prosistas), compositores de canciones, guionistas de cine, jóvenes enamorados han cantado, en España y en todo el mundo, y siguen haciéndolo, a la luna con más o menos sentimiento y más o menos fortuna, literariamente hablando.
El escritor español Ramón Gómez de la Serna, autor de las universalmente conocidas greguerías, que nació en Madrid y vivió y murió en Buenos Aires, dijo: "La luna se asoma cada noche al gran cabaré estelar”.
Agustín de Foxá dice en la página 113 de “Madrid, de corte a checa”, quizás la mejor novela que se haya escrito sobre la Guerra Civil española (1936-1939): “Salieron a la calle. Sobre las azoteas brillaba la luna. La miró José Félix: ‘Mira, la luna; sencillamente, sin literatura, sin greguerías, sin metáforas. La luna, como dicen los pastores´. No se daba cuenta de que aquello era también literatura”.
Para otro escritor español, Manuel Vázquez Montalbán, éste oriundo de Cataluña: “La luna parece una cometa a medio izar, dicen, es como una cometa a medio izar. La luna tiene sombras que le dan la apariencia de máscara ¿para ocultar qué? La otra cara”.
Esto dice el gran escritor y “gourmet” catalán, creador del detective Pepe Carvalho, en la página 204 de su extraordinaria novela-documento “Galíndez”, sobre el espía vasco del mismo nombre.
Gustavo Adolfo Bécquer dijo con su exquisita sensibilidad: “En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna”.
“Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de un sauce, poco a poco, va saliendo la luna”. Bellísima expresión del poeta japonés Yosano Akiko.
Goethe entiende: “Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas”.
Otro delicioso loco, el de una balada inolvidable del músico argentino Astor Piazzola y el poeta uruguayo Horacio Ferrer, veía la luna rodando por la avenida Callao de Buenos Aires.
Una afirmación de Confucio: “La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas”.
No todo es lirismo.
“El hombre es como la luna: con una cara oscura que a nadie enseña”, afirmó el escritor norteamericano Mark Twain, creador de dos personajes entrañables: Tom Sawyer y Huckleberry Finn.
No faltan los proverbios. Uno de ellos, árabe, reza: “Quien se empeñe en pegarle una pedrada a la luna no lo conseguirá, pero aprenderá a manejar la honda”.
“El perro que ladra a la luna está completamente convencido de que la luna le oye”, asevera el escritor y político rumano, gran aforista, Valeriu Butulescu.
Volvemos a la poesía para recordar a Borges:
“Hay tanta soledad en ese oro
La luna de las noches no es la luna
Que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la Vigilia humana la han calmado
del antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.”
© José Luis Alvarez Fermosel
“Luna, luna de España cascabelera;
luna de ojos azules, cara morena…”
Había en la marisma andaluza un toro enamorado de la luna…
Poetas, escritores (prosistas), compositores de canciones, guionistas de cine, jóvenes enamorados han cantado, en España y en todo el mundo, y siguen haciéndolo, a la luna con más o menos sentimiento y más o menos fortuna, literariamente hablando.
El escritor español Ramón Gómez de la Serna, autor de las universalmente conocidas greguerías, que nació en Madrid y vivió y murió en Buenos Aires, dijo: "La luna se asoma cada noche al gran cabaré estelar”.
Agustín de Foxá dice en la página 113 de “Madrid, de corte a checa”, quizás la mejor novela que se haya escrito sobre la Guerra Civil española (1936-1939): “Salieron a la calle. Sobre las azoteas brillaba la luna. La miró José Félix: ‘Mira, la luna; sencillamente, sin literatura, sin greguerías, sin metáforas. La luna, como dicen los pastores´. No se daba cuenta de que aquello era también literatura”.
Para otro escritor español, Manuel Vázquez Montalbán, éste oriundo de Cataluña: “La luna parece una cometa a medio izar, dicen, es como una cometa a medio izar. La luna tiene sombras que le dan la apariencia de máscara ¿para ocultar qué? La otra cara”.
Esto dice el gran escritor y “gourmet” catalán, creador del detective Pepe Carvalho, en la página 204 de su extraordinaria novela-documento “Galíndez”, sobre el espía vasco del mismo nombre.
Gustavo Adolfo Bécquer dijo con su exquisita sensibilidad: “En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna”.
“Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de un sauce, poco a poco, va saliendo la luna”. Bellísima expresión del poeta japonés Yosano Akiko.
Goethe entiende: “Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas”.
Otro delicioso loco, el de una balada inolvidable del músico argentino Astor Piazzola y el poeta uruguayo Horacio Ferrer, veía la luna rodando por la avenida Callao de Buenos Aires.
Una afirmación de Confucio: “La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas”.
No todo es lirismo.
“El hombre es como la luna: con una cara oscura que a nadie enseña”, afirmó el escritor norteamericano Mark Twain, creador de dos personajes entrañables: Tom Sawyer y Huckleberry Finn.
No faltan los proverbios. Uno de ellos, árabe, reza: “Quien se empeñe en pegarle una pedrada a la luna no lo conseguirá, pero aprenderá a manejar la honda”.
“El perro que ladra a la luna está completamente convencido de que la luna le oye”, asevera el escritor y político rumano, gran aforista, Valeriu Butulescu.
Volvemos a la poesía para recordar a Borges:
“Hay tanta soledad en ese oro
La luna de las noches no es la luna
Que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la Vigilia humana la han calmado
del antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.”
© José Luis Alvarez Fermosel
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